El Reino Unido fue el primer país occidental en comenzar la vacunación masiva de sus ciudadanos contra COVID-19. La inmunización con la vacuna de Pfizer empezó a principios de diciembre, mientras que la dosis de AstraZeneca fue aprobada antes del Año Nuevo.
Según el informe, para el 5 de abril 11 millones de británicos habían recibido la primera inyección de Pfizer y 20,6 millones la de AstraZeneca. La segunda dosis de Pfizer se administró a 4,4 millones de personas y de AstraZeneca a un millón.
Conforme a los datos disponibles, entre los vacunados con el compuesto de AstraZeneca 22 personas murieron y 321 dieron positivo a COVID-19, mientras que entre los inmunizados con Pfizer 40 fallecieron y 626 contrajeron el virus.
El informe concluye que la tasa de mortalidad por los efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca por cada 100.000 habitantes asciende a 0,1, mientras que con Pfizer este índice llega a 0,26, lo que supone más del doble.
A su vez, los desarrolladores de la vacuna rusa Sputnik V destacaron que los medios de comunicación silencian un nuevo informe elaborado por el Instituto para el Cambio Global del ex primer ministro británico Tony Blair sobre la vacunación con los fármacos de Pfizer y AstraZeneca en el Reino Unido.
"Los medios reportaron a diario sobre problemas de trombos [relacionados con la vacuna de] AstraZeneca. Ahora permanecen increíblemente silenciosos respecto al hecho de que, basándose en los datos sobre la vacunación en el Reino Unido, la tasa de mortalidad después de la vacunación con Pfizer es más del doble que la [después de la inoculación con el fármaco de] AstraZeneca. ¿Por qué?", escribieron en su cuenta de Twitter.