"El riesgo [de la formación de trombos] después del COVID-19 es aproximadamente 8-10 veces mayor que el reportado por las vacunas y unas 100 veces mayor en comparación con la tasa de población general", dice el documento.
Los datos del estudio "destacan el riesgo de eventos trombóticos graves tras el COVID-19 y pueden ayudar a contextualizar y completar discusiones sobre el balance riesgo-beneficio de las vacunas anti-COVID actuales".
Los autores del informe, Paul Harrison y Maxime Taquet, contaron cuántos casos de la TVC se registraron dos semanas después de que se diagnosticara el coronavirus o después de que una persona recibiera la primera dosis de una vacuna, y compararon estas cifras con la incidencia de la TVC tras la gripe o en la población general.
De acuerdo con sus datos, la trombosis venosa cerebral ocurre en 39 de un millón de pacientes del COVID-19 frente a solo cuatro personas entre los vacunados con los fármacos de Pfizer o Moderna y cinco personas, entre los inoculados con la vacuna de AstraZeneca/Oxford.
Al mismo tiempo, subraya que los resultados se deben tratar con cuidado porque, primero, estas cifras se van actualizando, y segundo, porque los investigadores utilizaron informaciones de fuentes diferentes: los datos sobre la vacuna de AstraZeneca y Oxford se tomaron de la base de la Agencia Europea del Medicamento —EMA, por sus siglas en inglés—, y el resto, de la red de registros de salud electrónicos TriNetX.