"Más tiempo me costó llegar al recinto electoral que sufragar porque el tráfico está horrible por todos lados, muy pesado; en votar me demoré solo unos 4 minutos, vine muerta de miedo por el COVID-19, pero lo hice, voté", dijo a Sputnik María León, un ama de casa que sufragó pasado el mediodía en el Colegio Central Técnico, en el centro norte de Quito.
León señaló que pese a que tuvo temor en acudir a sufragar se decidió porque no puede dejar que otros decidan por ella.
Andrés Arauz, de la alianza de izquierda Unidos por la Esperanza (UNES) y el derechista Guillermo Lasso se enfrentan este domingo en las urnas en busca de la Presidencia de Ecuador.
"Esta no es una elección cualquiera, el país está muy mal, en una crisis terrible y necesitamos un mandatario que sepa sortear esa crisis; no podía quedarme en casa, esperando que otros voten", añadió León.
Vendedores
En las afueras del recinto, Rosa Meza, una madre de familia de 36 años, portaba un cartel de cartón en el que se podía leer 12 mascarillas por 1 dólar.
A unos dos metros, se encontraba su esposo, Virgilio Guamán, vendiendo bebidas energizantes.
"De alguna manera tenemos que ganarnos la vida porque si no trabajamos no comemos; yo he vendido muy poco, pensé que la gente iba a comprar fácil las mascarillas, pero vea no es así; más bien a mi marido le ha ido mejor, él sí está vendiendo, bendito sol que hace que la gente le compre para refrescarse", comentó Meza a Sputnik.
La pareja tiene 3 hijos, que se quedaron en los cuartos que alquilan en el centro histórico.
"El mayor debe cuidar a los hermanos menores mientras nosotros trabajamos; nosotros no votamos, ese papel no nos sirve para nada; nosotros vivimos de nuestro trabajo y de nadie ni de nada más", enfatizó Meza mientras corría tras un potencial cliente.
Al ingreso a los recintos electorales y al interior de estos se podía observar que los sufragantes llevaban en la mano, en mochilas o en carteras, pero a la vista, gel desinfectante y toallitas húmedas de cloro.
La mayoría tenía también su propio bolígrafo y mantenía la distancia de dos metros sugerida por las autoridades sanitarias como medida para evitar posibles nuevos contagios de COVID-19.
Miedo al virus
Más al norte, en una populosa zona, Esteban Araujo, un estudiante de 18 años de una Universidad de Quito, acudió a votar en el Colegio Técnico Don Bosco.
Esta fue la primera vez que Araujo participó en un proceso electoral, aunque ya sufragó en la primera vuelta del 7 de febrero.
"Tengo un poco de miedo del contagio porque mi mamá es una persona vulnerable y me da recelo contagiarme y contagiarla; gracias a Dios esto estuvo bien organizado, llegué, me acerqué a la mesa y voté, todo muy rápido, no hubo aglomeraciones en el recinto, más bien afuera hay un poco de gente esperando a que sus familiares los retiren para volver a sus hogares o en espera de un bus urbano", dijo Araujo a esta agencia.
El joven, un estudiante de Multimedia, contó que su hermano era presidente de una junta electoral, pero él le pidió que no acudiera por temor al contagio.
"Mi mamá no resistiría un contagio, no podíamos arriesgarnos a que mi hermano pasé todo el día y se exponga al contagio, tuve que rogarle que no fuera, pero entendió; mi mamá aceptó que no fuera, aunque ella sí acudió a votar, pero nos prometió que si había mucha gente o largas filas no se quedaría", añadió Araujo.
La madre de Araujo, un ama de casa de 57 años, operada hace un mes de la vesícula y que padece de diabetes e hipertensión arterial, acudió a votar alrededor de las 12:30 hora local (17:30GMT.
No tuvo ningún problema, no encontró ninguna aglomeración y sufragó, según dijo, en unos 3 minutos.
El hermano de Araujo deberá cancelar una multa de 200 dólares, el 50% del salario básico en Ecuador, por no haber acudido a la mesa y no haber sufragado, tanto el 7 de febrero como este domingo.
Quito es al momento la ciudad que más contagios registra del COVID-19 en el país, y tiene los hospitales completamente saturados.
Las urnas cerrarán a las 17:00 hora local (22:00 GMT).