El mes de abril de 2021 se proyecta como el momento definitorio para el futuro de una megaobra clave para el Gobierno capitalino, que aunque viene avanzando en el extremo oriente de la Ciudad de México, ha levantado conflicto entre habitantes, vecinos e investigadores.
El puente vehicular Cuemanco-Xochimilco pretende convertirse en la más nueva obra de infraestructura vial, aumentando seis carriles —tres de cada sentido— para desastascar el tránsito en esa zona del borde de la capital mexicana.
Sin embargo, desde la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco denunciaron a Sputnik que la obra es innecesaria y que el Gobierno no ha buscado alternativas que eviten el daño ambiental proyectado en una zona protegida internacionalmente.
El Ejido Xochimilco–San Gregorio contiene una de las últimas zonas de humedales en la Ciudad de México, la cual ha sido declarada de interés internacional como sitio Ramsar, bajo la Convención del mismo nombre (llamada así porque se firmó en la ciudad iraní del mismo nombre), así como también Patrimonio de la Humanidad, protegido por la Unesco.
"Durante un debate público que tuvimos con las autoridades, quedó claro que el Gobierno no tiene suficientes argumentos para justificar sus obras. No quedó claro por qué se quiere un puente vehicular y no otra obra que no afecte el área natural protegida", sostuvo Alejandro Velázquez, integrante de la Coordinación de Vecinos, en diálogo con Sputnik.
Se suspende o se concreta
Además de varias actividades de protesta, como la toma pacífica de la sede de la Secretaría de Medio Ambiente que forzó el diálogo público con su titular, Marina Robles, y el subsecretario de la Secretaría de Movilidad capitalina, Rodrigo Díaz, los vecinos inconformes también presentaron un amparo judicial ante el proyecto.
Mientras los titulares del Gobierno señalan un avance del 80% de las obras que les permitiría culminar el puente a fines del mes de abril de 2021, la Coordinación de Barrios, Pueblos Originarios y Colonias de Xochimilco está llamando a la manifestación ciudadana ante el 15 Tribunal Colegiado, que tiene la facultad de parar las obras en el mismo mes.
"Metimos un juicio de amparo y en un primer momento, en septiembre de 2020, el juez ordenó que se pararan las obras. Pero el 4 de diciembre se levantó la suspensión", sostuvo Velázquez.
Según el relato de los vecinos, ante la medida, la Secretaría de Medio Ambiente capitalino —por intermediación de su Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental—llevó el tema a estudio ante el Comité Nacional de Humedales —un órgano consultivo a la autoridad federal—, en el marco del mencionado Convenio Ramsar de protección.
"El Comité recomendó que se pararan las obras, pero luego hubo otra sesión a finales de noviembre en la que a pesar de [la revisión], reiteró su decisión previamente tomada. [Sin embargo] La Secretaría de Medio Ambiente informó al juez por oficio lo contrario", explicó la fuente consultada.
Esa decisión que, denuncian, fue tergiversada, fue recusada por los vecinos organizados y ahora el destino de la suspensión de la obra está en manos del 15 Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México.
Motivos de la obra
Según los argumentos oficiales a favor del proyecto, el Puente Vehicular en Periférico Sur y Canal Nacional, en la alcaldía Xochimilco, "resuelve un problema muy grave de comunicación del oriente de la ciudad y no es para transporte privado, es fundamentalmente para transporte público", expresó la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, en conferencia de prensa, defendiendo la obra a mitad del año 2020.
Por otro lado, los vecinos señalan que existe información brindada por un académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, quien realizó una investigación, en la cual señala que el problema vehicular podría aminorarse con una distribución adecuada de los semáforos y las paradas de autobús en la zona, "porque el diagnóstico del problema indica que son los autobuses los que generan el tráfico que se busca disminuir con la obra", apuntó Velázquez.
Por su parte, el argumento que esgrime la autoridad es que la inversión en el proyecto incluye 100 millones de pesos en el Parque Ecológico de Xochimilco, y casi el doble para el área protegida. Sheinbaum sostuvo que el Gobierno trabaja en la mejoría de un humedal artificial que se construyó en la zona en la década de 1990 —como efecto de otra megaobra—, el Periférico de la Ciudad de México, que dividió en dos el terreno del humedal.
Sin embargo, para los vecinos, esta construcción va a tener efectos desmedidos sobre la zona, promoviendo un desarrollo urbano sin control en Xochimilco que acabará por absorber una de las últimas zonas verdes de la Ciudad de México.