"El régimen ucraniano sigue con la censura, la purga de los medios incómodos, la discriminación de sus ciudadanos rusófonos y la intimidación de los que piensan diferente y de los que no están de acuerdo con lo que sucede en Ucrania", dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, en una comparecencia ante la prensa.
Con esta medida, agregó, "el régimen ucraniano tantea el fondo de la democracia".
10 de febrero 2021, 08:59 GMT
Las sanciones ucranianas, subrayó Zajárova, violan los principios básicos de la libertad de expresión y del pluralismo de opiniones e infringen la convención europea de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La diplomática lamentó la falta de reacción de la Unión Europea al retroceso de Ucrania, calificándola como "política de doble rasero".
"Instamos a la comunidad internacional a dejar a un lado no solo esa política de dobles estándares, sino también la falta de acción frente a las violaciones descaradas de los principios democráticos", remarcó.
Zajárova llamó al mundo civilizado a dar "una valoración a todos los numerosos actos de intimidación y persecución de los disidentes, los asesinatos y otras formas de ataques a la democracia en Ucrania".
El Gobierno de Kiev viene limitando el trabajo de los medios de comunicación rusos en Ucrania, denegando la acreditación a los periodistas, prohibiendo la entrada en el país, así como cerrando la transmisión de los principales canales televisivos rusos.
Además, se conocen decenas de casos de persecuciones de periodistas en Ucrania.
Uno de los más sonados fue el del periodista Kiril Vishinski, que pasó más de 450 días en prisión, desde el 15 de mayo de 2018, por publicar notas sobre el referéndum de autodeterminación de Crimea. El Gobierno del entonces presidente Petró Poroshenko le acusaba de alta traición y de apoyo a las milicias de Donbás.
Finalmente Vishinski fue puesto en libertad el 28 de agosto de 2019.