"Ahora mismo el Mercosur depende de oxígeno artificial, igual que los BRICS. Las dos cosas están hibernando en este momento por la extravagancia que es la administración Bolsonaro, pero las dos cosas tienen una vitalidad intrínseca que las llevará a buen puerto a medio plazo", confió quien fuera ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Fernando Collor de Mello (1990-1992).
Para Rezek, la tensión que se da entre las dos potencias del bloque, Brasil y Argentina, por la "bipolaridad" entre la ultraderecha de Bolsonaro y el gobierno de Alberto Fernández, "compromete el ritmo de evolución" del Mercosur (Mercado Común del Sur).
El excanciller brasileño considera que pese a la actual parálisis, el Mercosur "sigue valiendo la pena", y no comparte las críticas que el gobierno de su país, con el ministro de Economía Paulo Guedes a la cabeza, vertió contra el bloque económico, sobre todo al inicio de la legislatura.
Los recelos hacia la unión económica entre países vecinos, con el argumento de que impedía ventajosos acuerdos bilaterales entre Brasil y otros países, se suavizaron cuando se alcanzó el histórico acuerdo comercial con la UE, después de casi 20 años de negociaciones, aunque todavía resta que sea ratificado.
Aun así, fortalecer el Mercosur no está entre las prioridades del actual ejecutivo brasileño, como sí ocurrió con los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), como reconoce Rezek, que a pesar de las diferencias ideológicas, aplaude la labor que hizo sobre todo el canciller Celso Amorim, la mano derecha del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en la diplomacia internacional.
Rezek recuerda que en esos años Brasil trabajó por el Mercosur y organizó los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), fortaleciendo relaciones con Rusia y con China, su principal socio comercial.
"La administración del PT, por más críticas que se le puedan hacer, demostró que no era necesario sacrificar el Mercosur para forjar lazos con otras naciones", destacó el excanciller.
Confianza mutua
La mayoría de especialistas coincide en el análisis de Rezek de que Brasil, en estos momentos, no quiere o no puede liderar el Mercosur.
Para la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo, Regiane Bressan, el Mercosur es "rehén" de la actual política del gobierno.
El acuerdo entre la UE y el Mercosur, por ejemplo, está bloqueado, en parte, por la política ambiental de la administración brasileña y los altos índices de deforestación, aspectos que despiertan temores entre los socios europeos.
"Si hay un cambio significativo de gobierno hay condiciones de retomar el bloque. Ahora es Argentina la que está sosteniendo más la integración", dice Bressan, que considera que el principal punto débil del Mercosur es la falta de instituciones supranacionales con poder de decisión.
La especialista reconoce que el Mercosur no llegó a convertirse en un auténtico mercado común, pero aun así hace un balance positivo y cita logros como la libre circulación de personas y el aumento de la estabilidad en la región, sobre todo al disipar desconfianzas entre Brasil y Argentina.
"Antes había una desconfianza militar, porque la democracia estaba recién instaurada y los países desarrollaban algún armamento nuclear (…) la estabilidad regional y la obtención de confianza mutua es el gran beneficio del Mercosur y lo continúa siendo", resume Bressan.
El Mercosur (Mercado Común del Sur) fue creado el 26 de marzo de 1991, cuando los presidentes Fernando Collor de Mello, de Brasil, Carlos Menem, de Argentina, Luis Alberto Lacalle, de Uruguay, Andrés Rodríguez, de Paraguay, y sus respectivos cancilleres, pusieron su firma en el Tratado de Asunción.
El primer artículo del tratado establece que el Mercado Común, que debería estar conformado al 31 de diciembre de 1994, implica "la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente".
Con una población de más de 295 millones de personas, el Mercosur es la quinta economía del mundo, y en 2020 realizó exportaciones por más de 250.000 millones de dólares, con una balanza comercial favorable en más de 74 millones de dólares, según datos del organismo.