"Esperamos que las compañías correspondientes respeten las reglas del mercado, corrijan sus acciones erróneas y eviten la politización de los temas comerciales", dijo el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, ante la prensa este 25 de marzo.
Afirmó que las informaciones sobre el uso del trabajo forzado en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang es una "mentira absoluta".
"Nos oponemos a cualquier injerencia externa en los asuntos de Xinjiang y los asuntos internos de China, así como a las sanciones contra personas físicas y jurídicas de China basadas en mentiras e información falsa y adoptadas bajo el pretexto de los llamados problemas de derechos humanos en Xinjiang", recalcó el portavoz.
Subrayó que el Gobierno chino siempre ha saludado y apoyado las actividades comerciales adecuadas de las multinacionales en China, así como sus esfuerzos para crear cadenas de producción y suministro.
Agregó que las autoridades chinas invitan a las empresas extranjeras a visitar Xinjiang y ver con sus propios ojos la situación en la región.
China también está dispuesta a apoyar a las compañías extranjeras con respecto al desarrollo de comercio e inversiones en Xinjiang, señaló Gao.
El pasado 22 de marzo, los ministros de Exteriores de la Unión Europea coordinaron la inclusión en la lista de sancionados a cuatro funcionarios y una organización de China, imputándoles por supuesta violación de los derechos humanos y la persecución de la minoría musulmana en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang.
En respuesta China impuso sanciones contra diez europeos, incluidos diputados del Parlamento Europeo, y cuatro organizaciones.
Más tarde Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido también anunciaron sanciones contra China.
A finales de agosto de 2018, los expertos de la Organización de las Naciones Unidas conjeturaron que hasta un millón de uigures musulmanes podrían encontrarse en los llamados centros de reeducación de Xinjiang.
El Gobierno chino refutó esa información, asegurando que no se corresponde con la realidad.
Las autoridades chinas insisten en que los problemas relacionados con Xinjiang no tienen nada que ver con la violación de los derechos humanos ni con cuestiones étnicas o religiosas, por el contrario, están relacionados con cuestiones de violencia, terrorismo y separatismo.