"Como cualquier privado de libertad que ingresa, pasó por inspección de salud, y de acuerdo a los protocolos estará 15 días en aislamiento por el tema COVID-19, luego irá a uno de los 13 dormitorios comunes", dijo el director de penitenciarías de La Paz, Juan Carlos Limpias.
La autoridad hizo la declaración en la puerta del Centro de Orientación Femenina de La Paz minutos después de que Áñez ingresara a ese recinto a las 11:00 locales (15:00 GMT) para cumplir la detención preventiva de cuatro meses dictada por una jueza que atendió el trámite inicial de su aprehensión por orden fiscal.
Áñez, acusada de sedición, terrorismo y otros delitos para pasar de senadora a presidenta transitoria, saludó con la mano derecha en alto a decenas de reporteros y otras personas aglomeradas frente a la puerta principal del penal, en el barrio residencial de Obrajes.
Sin privilegios
Limpias aseguró "profundo respeto" por los derechos humanos de Áñez, aunque advirtió que "ninguna privada de libertad tiene privilegios" en la cárcel de mujeres que describió como "de pacífica convivencia, con ambiente de tranquilidad" en el que incluso algunas reclusas conviven con sus hijos pequeños.
Dijo que el aislamiento inicial de la expresidenta tenía sólo motivación sanitaria y era una medida en buena parte exigida por los presos de las cárceles bolivianas luego de que el año pasado se presentaran situaciones de contagio masivo por COVID-19.
Durante esta fase inicial, remarcó, la exgobernante podrá comunicarse con sus defensores y de ser necesario concurrirá a audiencias judiciales, pero no podrá recibir visitas.
El jefe penitenciario agregó que, luego de 15 días, Áñez pasará a régimen de detención ordinaria, tendrá una cama en uno de los dormitorios comunes y acceso a todos los servicios básicos, incluidas áreas de esparcimiento y de ocupación laboral.
Según Limpias, dos exministros de Áñez, enviados también a detención preventiva por el mismo caso, fueron puestos también en aislamiento sanitario de 15 días en una cárcel del centro de La Paz.