Los hechos se remontan al 21 de febrero de 2020, cuando Bernard regaló a la entonces prefecta, en una ceremonia en honor a su retiro del cargo, la cola de lobo, como símbolo de la defensa que necesitan los pastores y agricultores cuyos rebaños sufren ataques de esos depredadores.
Bigot-Dekeyzer denunció a Bernard, y el fiscal de la ciudad de Gap pidió para él prisión suspendida y una multa de 3.500 euros.
Según el fallo emitido este 12 de marzo, el titular fue sentenciado a una multa de 10.000 euros, 5.000 de los cuales son "condicionales" que deberá pagar en caso de incumplimiento de sus obligaciones o de reincidir.
Además, el jefe del departamento deberá indemnizar con 600 euros a cada una de las partes que presentaron la demanda y abonar 500 euros de gastos judiciales.
Bernard catalogó a las personas que lo denunciaron de "miembros de grupúsculos medioambientalistas extremistas", que no tienen ninguna idea de los problemas rurales, y se quejó de no tener el derecho de expresar de forma simbólica sus convicciones.
Según la legislación francesa, una persona que posea, transporte y entregue a otra persona una parte de un animal custodiado por el consejo regional podría ser condenada a tres años de cárcel y a una multa de hasta 150.000 euros.
El lobo es considerado en Francia una especie salvaje muy vulnerable que se encuentra bajo la protección del Estado.