Desde luego, esto no ayudará a solucionar el problema, pero es hora de cambiar nuestra percepción sobre la arena, destacó Pascal Peduzzi, científico del clima del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), durante un seminario en línea organizado por el grupo Chatham House.
No menos valiosa que el petróleo
La arena es la principal sustancia utilizada en la construcción de carreteras, puentes, trenes de alta velocidad e incluso proyectos relacionados con la regeneración de tierras. También es necesaria para las empresas que producen chips de silicio, ya que es uno de los ingredientes clave.
Cuando esta materia prima se une al cemento, se convierte en hormigón; cuando se mezcla con betún, se transforma en asfalto; y cuando se calienta, pasa a ser vidrio. Sin arena, no tendríamos autopistas, rascacielos ni trenes de alta velocidad.
En términos globales, es abundante, especialmente si se compara con muchas otras materias primas, aunque a menudo no esté disponible cerca de donde se necesita más. Es finita en el sentido de que el ritmo al que lo utilizamos supera con creces al de su repuesto natural, producto de la erosión de las rocas con ayuda del viento y agua.
La industrialización, el crecimiento demográfico y la urbanización han impulsado un crecimiento explosivo de la demanda. China y la India hoy en día encabezan la lista de países en los que la extracción de arena repercute en el estado de ríos, lagos y costas. China, por ejemplo, se atribuye el 58% del auge global de la construcción y es la que impulsa la producción de cemento. Según la ONU, cada año en el mundo se producen 4.100 millones de toneladas de este material.
Mientras tanto, el uso global de arena y gravilla es 10 veces mayor que el del cemento. Es decir, que solo la industria constructora consume anualmente entre 40.000 millones y 50.000 millones de toneladas de arena. A modo de ilustración, con toda esta arena se podría construir un muro de 27 metros de alto y ancho que diera una vuelta a la Tierra cada año.
"Un elefante en la habitación"
La arena puede encontrarse en casi todos los países, cubre los desiertos y bordea las costas de todo el mundo. Sin embargo, eso no significa que todas estas reservas sean útiles. Los granos del desierto, erosionados por el viento más que por el agua, son demasiado lisos y redondos para usarse con fines de construcción, destaca la cadena CNBC.
Peduzzi considera que el problema relacionado con la administración de los recursos de arena puede compararse con "un elefante en la habitación".
"Pensamos que está en todas partes. Nunca pensamos que nos íbamos a quedar sin arena, pero está empezando en algunos lugares. Se trata de anticiparse a lo que puede ocurrir en la próxima década, porque si no miramos hacia adelante (…) tendremos enormes problemas vinculados al suministro de arena, pero también a la planificación del territorio", añadió.
El estado de la India de Tamil Nadu es, tal vez, uno de los lugares a los que pudo referirse Peduzzi en su conversación con CNBC. Allí ya se siente la aguda escasez del producto, según distintas asociaciones de camioneros.
"Hace unos dos años, recibíamos más de 25.000 cargas de arena al día. Pero ahora solo recibimos entre 1.000 y 1.400. Para compensar, se compran unas 20.000 cargas de arena manufacturada [sustituto de la fluvial para la construcción de hormigón]. Sin embargo, la mayoría de los propietarios de terrenos prefiere esperar porque esta es de mala calidad", señaló el presidente de la Federación de Propietarios de Camiones de Arena de Tamil Nadu, S Yuvaraj.
Como resultado, los camioneros ahora se ven obligados a esperar como mínimo un mes para que se les encargue una carga de arena, mientras que hace dos años solían recibir al menos dos cargas al día, informa el periódico The New India Express.
"Dos de mis proyectos estaban en la fase final en diciembre de 2018, cuando el suministro de arena se detuvo por completo. Solo si termino los proyectos puedo retomar otros. No solo yo, sino muchos otros que dependían de mí, como constructores, electricistas, fontaneros y carpinteros, han perdido sus empleos. La industria está paralizada por la escasez de arena", agregó otro interlocutor del medio.
¿Existe una solución?
A su vez, Louise Gallagher, empleada de la Iniciativa del Observatorio Mundial de la Arena de UNEP/GRID, enfatizó que las cuestiones sobre la arena se han convertido en un problema "difuso" y "complejo" de resolver. Por ejemplo, la prohibición impuesta a la extracción de los ríos tendría inevitablemente un efecto en cadena sobre las personas y comunidades que así se ganan la vida.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ya ha advertido de la existencia de "mafias" arenosas, formadas por constructores, comerciantes y empresarios que operan en países como Camboya, Vietnam, Kenia y Sierra Leone.
En su conversación con la CNBC, Gallagher identificó cinco prioridades para la administración de los recursos en los próximos dos años. Se necesita entablar una cooperación en materia de normas en todos los sectores, crear alternativas rentables y viables a la arena fluvial y marina, actualizar los marcos de administración ambiental, social y empresarial en el sector financiero para incluir la arena y establecer objetivos regionales, nacionales y mundiales sobre el uso de esta materia prima a escala adecuada.