"Estados Unidos lanza ataques aéreos contra el suelo de Siria, un país soberano, y continúa ocupando ilegalmente su territorio", indicaron ambas autoridades.
El 25 de febrero, dos aviones de guerra estadounidenses F-15 bombardearon posiciones de las milicias que combaten al grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia) en el este de Siria.
Mizíntsev y Mahluf consignaron también que Washington sigue con sus "sanciones inhumanas" contra el pueblo sirio dificultando la lucha contra el coronavirus.
En el mismo comunicado, destacaron las gestiones de los centros de coordinación de Rusia y de Siria para el restablecimiento de la vida pacífica en el país árabe y el retorno seguro de los refugiados.
Según los datos de las autoridades sirias, hasta el momento más de 2,2 millones de refugiados volvieron a la patria.
Mizíntsev y Mahluf alertaron también a la ONU de que los norteamericanos redireccionan la ayuda humanitaria para los refugiados sirios a los terroristas que operan en el campamento de Rukban, situado en la zona de Al Tanaf, en el sur de Siria.
"Estados Unidos usa la situación para presionar a la ONU planteando regularmente el envío de ayuda humanitaria para los desplazados del campamento, pero, de hecho, utilizan esos cargamentos para proveer a los grupos armados bajo su control, como ya se produjo otras veces", señalaron.
Siria y Rusia responsabilizan a los estadounidenses de la grave situación humanitaria de los refugiados en el campo de Rukban por obstaculizar el cierre de esa instalación.
Rukban es considerado uno de los campos de entrenamiento de terroristas más grandes de Estados Unidos en Siria.