El estudio sobre el espray nasal con carragenina contra el COVID-19 fue desarrollado por investigadores de la Unidad Coronavirus COVID-19, integrada por Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).
El informe preliminar de la investigación señala que el estudio sobre la eficacia del espray para prevenir el contagio del coronavirus fue realizado en personal de la salud que atiende a pacientes con COVID-19.
El ensayo clínico se llevó a cabo en 10 centros hospitalarios de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, como también de las provincias del Chaco (norte) y Santa Fe (centro). Fue un ensayo contra placebo, aleatorizado, doble ciego —ni los investigadores ni los participantes sabían quien recibía el placebo ni el espray con carragenina—.
Participaron del estudio 394 personas sin antecedentes de COVID-19, y fueron sometidas durante 21 días a cuatro aplicaciones diarias del espray nasal o el placebo, según el grupo correspondiente.
Los participantes, que mantuvieron las medidas preventivas habituales, fueron controlados a diario para detectar cualquier síntoma compatible con la enfermedad. Ante síntomas o casos sospechosos de COVID-19, los participantes fueron hisopados con el test PCR.
Los resultados del ensayo arrojaron que la utilización del espray con carragenina redujo un 80,4% el riesgo de contagio de COVID-19. Del grupo que recibió la carragenina solo el 1% desarrolló la enfermedad contra el 5,1% de quienes recibieron el placebo.
"El espray nasal con Iota-Carragenina mostró una eficacia significativa en la prevención de COVID-19 en el personal hospitalario que asiste a pacientes con esa enfermedad", concluye el reporte preliminar, y advierte que un informe más exhaustivo será revisado por pares para ser publicado en una revista médica internacional.
¿Qué es la carragenina?
La iota-carragenina (I-C) es un polisacárido que se obtiene de las algas rojas, un conjunto de especies de algas mayoritariamente marinas.
La palabra carragenina proviene del irlandés carraigín, que significa pequeña roca, nombre con el que se conoce el alga roja comestible Chondrus crispus, también llamada musgo irlandés, que crece en las costas rocosas del Atlántico norte.
La carragenina comenzó a usarse como gelatina en Irlanda, aproximadamente en el año 400. Desde entonces, ha sido utilizada en la industria alimentaria como aditivo espesante y estabilizante.
Las propiedades antivirales de la I-C han sido estudiadas desde hace décadas. Gracias a diversos ensayos in vitro se comprobó su capacidad de inhibir la infección de células sanas con distintos tipos de virus, como el de la influenza B, el influenza A H1N1, dengue, rinovirus y también ciertos tipos de coronavirus, informó Conicet.
Asimismo, los ensayos clínicos realizados con espray con I-C demostraron haber reducido la severidad de los síntomas del resfrío común así como la carga viral en nasofaringe.
Por su parte, una investigación conjunta del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (ICT Milstein) y la Universidad de Tennessee "mostró que una formulación con I-C utilizada habitualmente en forma de espray nasal inhibe la infección de cultivos de células por el virus causante de COVID-19 (SARS-COV-2)", señala el informe preliminar.
A fines de 2019, investigadores de la Universidad Federal del Lejano Oriente (FEFU) de Rusia establecieron que la carragenina es capaz de detener el crecimiento de las células del cáncer de colon.