Los pueblos de Komsomolski y Vorgarosh se están quedando sin vida, como ya lo ha hecho la localidad de Rudnik y un cementerio de vehículos abandonados aledaño. Las imágenes revelan edificios cubiertos de hielo, con ventanas rotas, sin luz ni calefacción.
Komsomolski y Vorgarosh se ubican en el llamado círculo de Vorkutá. Se trata de una carretera que los conecta con otros pueblos cercanos y la ciudad. Por esta autopista circulan autobuses, pero los vecinos han manifestado que es igualmente complicado llegar hasta la urbe. En invierno, en caso de ventiscas o tormentas de nieve, el uso de esta carretera puede ser restringido debido a las condiciones climáticas.
A lo largo del círculo, cuya extensión es de 54 kilómetros, se ubicaban ocho localidades, fundadas en las cercanías de minas de carbón. En diferentes épocas, en estas localidades residieron entre 5.000 y 20.000 personas, pero con el cierre de las fábricas metalúrgicas tras la disolución de la URSS, estas ciudades se convirtieron en urbes fantasmas. Hoy en día, en algunos pueblos viven solo una o dos familias.
Debido al éxodo de habitantes, en Vorkutá entró en vigor un programa llamado contracción manejada. Las autoridades reubican a los vecinos de los pueblos que están muriendo, ya que consideran que esta iniciativa librará a la ciudad de gastos adicionales.