Los rumores de que algo espantoso había ocurrido en la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum a finales de noviembre del 2020 circularon durante semanas con estimaciones de varios cientos de personas muertas. No obstante, esta información no podía ser verificada, ya que Tigray está bloqueado para el mundo y para los periodistas por los combatientes etíopes y sus aliados que persiguen a los líderes fugitivos locales.
Ahora, después de tres meses de conflicto armado, la región está reanudando lentamente el servicio telefónico por lo que el diácono y otros testigos de la masacre lograron comunicarse con los periodistas de AP, para dar los detalles de la tragedia.
La razón del conflicto
Los líderes de Tigray dominaron Etiopía durante casi tres décadas antes de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed asumiera el cargo en 2018. En 2019 Ahmed ganó el Premio Nobel de la Paz por la paz con la vecina Eritrea. En 2020 el político acusó a las fuerzas regionales de Tigray de atacar al Ejército etíope. Los líderes de la región, a su vez, calificaron sus ataques como autodefensa después de meses de tensiones. En noviembre de 2020, el primer ministro anunció la lucha contra los habitantes de esa región mientras el mundo estaba concentrado en las elecciones estadounidenses.
Mientras la comunidad internacional clama por el acceso a Tigray para investigar sospechas de atrocidades y entregar ayuda humanitaria a millones de personas hambrientas, el primer ministro etíope rechazó la "interferencia" externa en la región. A finales de noviembre, Ahmed declaró la victoria del Ejército nacional, asegurando que no hubo ni una víctima civil en el conflicto.
No obstante, el 18 de febrero, tras los testimonios del diácono y otros testigos, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Etiopía se vio obligado a reconocer "la violación, el saqueo, los asesinatos masivos crueles e intencionales" durante el conflicto, pero culpó a las fuerzas de Tigray de la situación. La Cancillería abisinia aseguró que cualquier delito grave será investigado.
La masacre más mortal
La iglesia Santa María de Sión en Axum se había convertido en un refugio para las personas que huyeron de los enfrentamientos en Tigray. Además, miles de personas se reunieron en la iglesia a finales de noviembre para celebrar el día en el que el Arca de la Alianza fue traída allí después de que desapareció de Jerusalén en la antigüedad, según creen los etíopes.
Los soldados eritreos y etíopes habían llegado a Axum más de una semana antes de la celebración con fuertes bombardeos, indica AP. Pero el 28 de noviembre, los soldados eritreos regresaron para perseguir a los miembros de la milicia local que se habían movilizado contra ellos en la zona.
El diácono contó que los soldados irrumpieron en la iglesia, arrastrando a los fieles a la calle y disparando a los que huían. Él y un sacerdote más lograron escapar por casualidad. Al salir a la calle, oyeron disparos por todas partes, pero siguieron corriendo, tropezando con los muertos y heridos. Los soldados comenzaron a matar a las personas simplemente porque estaban en la calle, recuerda el religioso en una entrevista al medio.
"En cada esquina, casi, había un cuerpo. La gente lloraba en todos los hogares", cuenta.
Muy pronto la ciudad comenzó a oler a muerte ya que algunos cuerpos permanecieron intactos durante días. Los soldados no dejaban a los residentes locales enterrar los cadáveres como venganza por sus combatientes muertos. Por la noche, las hienas descendían de las colinas cercanas para alimentarse de los cuerpos.
Finalmente, cuando los soldados abandonaron la ciudad para perseguir a otros combatientes, los vecinos de la ciudad se movilizaron para enterrar los cadáveres o lo que quedó de ellos. El diácono ayudó a contar a los muertos. De acuerdo con el religioso, unos 800 tigrayanos fueron asesinados ese fin de semana en la iglesia y alrededor de la ciudad, pero en total en Axum murieron miles de personas. Fueron enterrados en fosas comunes.
Los residentes de la ciudad creen que los soldados eritreos se están vengando por la guerra fronteriza de dos décadas entre Etiopía y Eritrea que se desarrolló en la región y terminó después de que Abiy se convirtió en primer ministro, explicó el diácono a la agencia AP.