"Nosotros veníamos trabajando en respuesta inmune para vacunas entonces tuvimos que poner a punto nuestro equipo con el grupo del autor Diego Alvarez, que son virólogos y tenían más experiencia en cómo se medían anticuerpos neutralizantes para el virus", dijo a Sputnik la doctora en Biología Juliana Cassataro, líder del equipo que desarrolla la vacuna.
El proyecto es llevado a cabo por un equipo interdisciplinario en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-Intech) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), en el marco del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet).
La fórmula de esta vacuna en proceso se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en las dosis para el virus de la hepatitis B o el virus del papiloma humano (VPH), con el objetivo de generar herramientas que prevengan la infección de SARS-CoV-2.
La propuesta fue seleccionada en marzo de 2020 y apoyada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación nacional y el Conicet.
"Todo el año estuvimos estudiando distintas fórmulas de vacuna, utilizando distintos antígenos de SARS-CoV-2 y llegamos al punto, en estudios preclínicos en animales, donde encontramos que había una de las fórmulas que generaba muy buenos anticuerpos neutralizantes en nuestro laboratorio", contó Cassataro.
¿Cuándo estará lista la vacuna argentina?
La bióloga explicó que ahora se encuentran en una etapa en la que tienen un preacuerdo con una empresa argentina para tratar de producir prototipos y, si eso funciona, van a poder pasar a una próxima fase, para lo que van a necesitar mucho más financiamiento.
El antídoto no estará disponible en un corto plazo, pero el desarrollo y producción local presentará ventajas a futuro en lo que se refiere a logística, costo y acceso. También ven factible la aplicación de esta vacuna como refuerzo o para inmunizar a personas que por diferentes motivos no puedan recibir las otras disponibles.
"Estamos muy contentos porque es trabajar en algo que es emotivo porque la sociedad lo necesita para ya. Sabemos que no podemos cumplir con esa expectativa, pero es un proyecto que vivimos con una autoexigencia muy grande. Para ir tan rápido se necesitan millones de dólares y mucha más gente, pero estamos generando puentes que son nuevos en Argentina. En un futuro, todas estas capacidades servirán para tener recursos más rápido que ahora", comentó.
Desde que comenzó la pandemia, la ciencia argentina, desarrollada por investigadores locales gracias a la cooperación entre laboratorios académicos nacionales, con impulso del Gobierno y en algunos casos premiados por fundaciones internacionales, ha demostrado tener un potencial que lo distingue en la región.
Estudios con plasma de pacientes recuperados, supermascarillas que destruyen el virus, respiradores que lo desactivan, tests ultrarrápidos de COVID-19 que detectan asintomáticos o el innovador descubrimiento del suero equino hiperinmune para tratar a pacientes infectados son algunos ejemplos. El desarrollo de vacuna de diseño nacional para combatir el coronavirus transforma nuevamente a Argentina en pionera en Latinoamérica.