Los expertos revelaron que para tranquilizarse y bajar la presión sanguínea sería mejor elegir las obras clásicas del heavy metal, así como las mejores canciones de pop de los años ochenta y de la década del 2000. Al mismo tiempo, el tecno, el dubstep y el chill out provocan una palpitación y un aumento de los niveles de ansiedad.
En el estudio realizado por la Clínica Vera participaron un total de 1.540 voluntarios de entre 18 y 65 años de edad, equipados con monitores de frecuencia cardíaca y presión arterial, informó el medio británico Mixmag. Los organizadores les daban para escuchar listas de reproducción en Spotify con diferentes géneros musicales, mientras registraban cambios en su estado.
"Las mejores canciones de pop de los ochenta podrían crear una nostalgia positiva para muchas personas, y sus sonidos optimistas y de fiesta pueden provocar una liberación de endorfinas y serotonina en el cerebro, lo que intensifica los sentimientos de felicidad y tranquilidad", explicó el médico Omer Avlanmish.
En lo que se refiere al heavy metal, la música agresiva "ayuda a los oyentes a procesar sus sentimientos y, como resultado, conducir a un mejor bienestar", enfatizó el experto.