La obra, inspirada en grafitis vistos en diferentes rincones del planeta por este español —apasionado por los idiomas, entre ellos el griego antiguo, el ruso, el chino o el japonés—, descifra "la lengua de la calle".
Para Valdivieso, los grafitis son herederos directos de las pinturas prehistóricas y cumplen el mismo papel que el de las redes sociales, es decir, de transmitir un mensaje que puede ser de protesta o a favor de una causa, entre muchos otros.
24 de noviembre 2020, 11:05 GMT
En este contexto, calificó a los trenes pintados —admitiendo el problema que ello constituye, dado que "cuesta muchísimo limpiarlos"— como "las redes sociales en la época analógica".
"¿Por qué los grafiteros pintan un tren? Porque quieren que el mensaje se vea. ¿Y entonces qué hace un tren? Se desplaza, tiene mucha gente dentro y mucha gente fuera que lo ve en una ciudad y en todas las paradas que hace. Una red social es exactamente lo mismo: la gente pone un mensaje que quiere que lo vea mucha gente. Eso en cuanto a los trenes. En cuanto al grafiti estático, lo que se hace es poner el mismo mensaje en muchas partes de la ciudad o en todo el país. Pero el principio es el mismo", señaló Valdivieso, quien en la actualidad se desempeña como presidente de IE China Center, y es autor del libro de poesía 'La Geografía del erizo', y de los libros de relatos 'Dibugrafías' y 'Cosas y murciélagos'.
Su nueva obra está compuesta por cincuenta historias sobre cincuenta grafitis de muchas partes del mundo y fue galardonada con el Primer Premio Internacional Cuadernos del Laberinto de Pensamiento.