Según una encuesta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el perfil más frecuente entre los afectados es el de "mujer de 43 años, que lleva más de 185 días con síntomas persistentes de COVID-19, tras haber sido contagiada de la enfermedad en la primera ola de la pandemia".
Este estudio, en el que también colaboró la Alianza de colectivos autonómicos de Long Covid —Long Covid ACTS— se realizó entre el 13 de julio y el 14 de octubre de 2020 con más de 2.000 entrevistas y la lista de síntomas está encabezada por el cansancio, el malestar general y los dolores de cabeza.
Desde el colectivo del País Vasco, una de las afectadas, Isabelle Delgado, de 51 años y contagiada en la primera ola de la enfermedad, explica que "han ido apareciendo otros síntomas que no siempre son los mismos y se reactivan cada vez en un sitio. Por eso pensamos que hay una persistencia del virus, con reservorios, que late y se reactiva".
En su caso, explica a Sputnik que anteriormente, debido a su profesión, podía corregir unos tres o cuatro libros en un mes y ahora es incapaz de hacerlo por falta de concentración; tampoco ha podido volver a nadar por las mañanas, como hacía antes de la enfermedad a diario.
"La tos y la fiebre o febrícula no me han abandonado desde marzo pasado, también cuando estoy hablando por teléfono, si subo una pequeña cuesta, las personas que hablan conmigo notan que me estoy agotando", añade.
Y a modo de resumen del sentir de sus compañeros, concluye que "ninguno de nosotros pensamos que nos hemos curado porque seguimos teniendo esa sintomatología como al principio, no hemos dejado de tenerla nunca y es incapacitante".
Pacientes diferentes
Una de las impulsoras del estudio de la SEMG, su vicepresidenta, la doctora Pilar Rodríguez Ledo, explica que les llevó a hacer esta encuesta el hecho de observar en la atención primaria que aparecía un tipo de paciente distinto —un 10%, según sus cálculos— al que desarrollaba secuelas, estos últimos generalmente hombres mayores con patologías previas.
"Observamos que teníamos un perfil totalmente diferente (...) mayoritariamente mujeres [79%] y jóvenes, no tienen otras patologías concomitantes o son patologías menores, como un asma leve intermitente y son gente que llevaba una vida activa y que, de repente, tras padecer el COVID-19 no se recupera y tiene una afectación multiorgánica con síntomas de todo tipo", explica esta doctora con más de tres décadas de experiencia.
Rodríguez Ledo señala además en conversación con Sputnik que este fenómeno se podría explicar con los estudios recientemente conocidos que señalan que el virus se puede encontrar "acantonado" y donde "se demuestra la persistencia en el tubo digestivo".
"Si esto fuera así, no podríamos hablar de secuelas porque no tenemos certeza de que el virus se haya eliminado", insiste en recalcar esta doctora que prefiere hablar de síntomas y que añade que, por ejemplo, las PCR orofaringe no son capaces de detectar el virus en este caso y que estaríamos ante una enfermedad crónica.
Por el momento no existen registros de los afectados, se desconocen las causas y no existe un tratamiento, se les tratan solamente los síntomas, pero no la enfermedad.
Desde el pasado diciembre aparece en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud bajo el nombre de Síndrome Post COVID y, en España, desde la SEMG se iniciará un registro clínico.
El estudio de este recuento, explican desde este agrupación de la atención primaria, facilitaría dar con tratamientos más adecuados e incluso una política de bajas laborales más adaptada a la enfermedad.
Una pequeña victoria para los cada vez más españoles que sufren este vía crucis desde hace casi un año.