El estudio de científicos de la institución inglesa y la universidad de Witwatersrand arroja una efectividad estimada en el 10% contra la más agresiva y contagiosa cepa detectada en Sudáfrica.
"Los resultados de la investigación indican que la vacuna no protege contra una infección de débil a moderada en un grupo demográfico relativamente joven, con una prevalencia baja de morbilidad por hipertensión y diabetes, entre otras", declaró a la BBC el profesor Shabir Madhi.
Este último ensayo con la vacuna de Oxford-AstraZeneca se efectuó entre 2000 jóvenes sin aparentes patologías.
"Creemos que las dos vacunas que estamos administrando son efectivas para prevenir la muerte y enfermedad grave", defendió el primer ministro, Boris Johnson, este lunes 8, en referencia a los fármacos de AstraZeneca y Pfizer.
El mandatario conservador añadió que ambos antivirales aportan un "beneficio enorme" a los residentes del Reino Unido y subrayó que hay "buena evidencia" de que el componente de AstraZeneca "está frenando la transmisión" en esta fase de la pandemia.
El ministro británico responsable del programa de vacunación, Nadhim Zahawi, resaltó la efectividad del mismo antiviral contra la cepa 'inglesa' y contra el virus original SARS-Cov-2, los más prevalentes en el país.
"Debemos tener en cuenta que ensayos recientes demuestran que las vacunas que estamos administrando en el Reino Unido funcionan aparentemente bien contra las variantes del COVID-19 dominantes en el Reino Unido", escribe el ministro en el diario The Telegraph.
El Ejecutivo conservador no descarta la opción de inyectar una tercera dosis con un fármaco que haya sido modificado para hacer frente a las actuales y próximas cepas del coronavirus.
El Reino Unido está inoculando a la población con las vacunas de Oxford y Pfizer, con un intervalo de hasta 12 semanas entre la primera y segunda dosis. Una tercera inyección podría quizá administrarse a partir del otoño.