"La EASA autorizó el regreso de la versión modificada del Boeing 737 MAX al servicio", señaló la entidad.
La agencia señala que confía en la seguridad de la aeronave, aunque sus especialistas seguirán de cerca la operación del 737 MAX cuando se reanuden los vuelos.
A la vez, a instancias de la EASA, Boeing también se ha comprometido a mejorar aún más la aeronave a medio plazo para lograr niveles aún más altos de seguridad.
El regulador de aviación de EEUU, la FAA, autorizó el 18 de noviembre el retorno de los Boeing 737 MAX a los vuelos comerciales y emitió una directiva, que especifica qué cambios deben efectuarse antes de que esos aviones vuelvan a operar, y los requisitos de entrenamiento de los pilotos.
A finales de diciembre American Airlines realizó el primer vuelo del avión, de Miami a Nueva York.
Dos siniestros aparentemente similares en menos de cinco meses —de un vuelo de la compañía indonesia Lion Air en el mar de Java, con 189 muertos en octubre de 2018, y de Ethiopian Airlines cerca de Adís Abeba, con 157 víctimas fatales en marzo de 2019— provocaron una cascada de suspensiones por parte de aerolíneas y reguladores del transporte aéreo, dejando en tierra la flota global de los 737 MAX.
De acuerdo con la investigación preliminar, los pilotos tuvieron dificultades con el software del estabilizador MCAS (siglas en inglés de Sistema de Aumento de las Características de Maniobras) y no lograron retomar el control de la aeronave. El sistema MCAS baja automáticamente la trompa del avión cuando los sensores detectan un ángulo de vuelo muy elevado que puede llevar a que la aeronave entre en pérdida.