Apenas quedaban escasos minutos para la medianoche cuando Santiago, un policía que volvía a su casa tras terminar su jornada laboral, se dispuso a tomar el metro. El policía, que trabaja en la comisaría del barrio madrileño de Carabanchel, vio a un joven caminando peligrosamente por el borde del andén contrario.
Fueron segundos de angustia en la cabeza de este policía pero muy productivos.
"Me había planteado saltar por las vías de mi andén pero como no sabía muy bien el estado de esa persona y cómo iba a reaccionar si me veía llegar de frente, preferí bordear todo", declaró Santiago en un canal de televisión regional.
A escasos segundos de que llegara el tren, el policía pudo salvarle la vida al chico ebrio. Una carrera impresionante por la que quizá no se ha llevado el oro, pero sí el mérito de toda la población que lo han catalogado como un héroe.