Los países occidentales reaccionaron al desarrollo de la vacuna rusa con escepticismo e indiferencia debido a la ignorancia de la tradición científica rusa, cree el autor del artículo, el periodista científico Federico Kukso.
"Impulsadas por las diferencias lingüísticas, culturales y políticas, la mayoría de las iniciativas rusas son recibidas con sospecha", señaló.
Agregó que los prejuicios y las cuestiones geopolíticas de los desarrollos a veces eclipsan los logros de la ciencia rusa.
"Con momentos trágicos a raíz de purgas y persecuciones y otros de gran florecimiento, la ciencia rusa —usualmente dividida en los períodos zarista, soviético y postsoviético— tiene una larga trayectoria que suele ser dejada de lado, o mirada con desdén, por la narrativa histórica predominante (esto es, occidental)", explicó.
El periodista subrayó que la creación de la vacuna Sputnik V es el resultado de toda una cadena histórica de desarrollos científicos en Rusia. Sin embargo, los avances han quedado ocultos por los relatos occidentales durante años y ahora se sorprenden ante el anuncio de la creación de la Sputnik V.
"A diferencia de países como Estados Unidos y aquellos de la Unión Europea en los que los laboratorios farmacéuticos —un sector conocido como Big Pharma que busca redimirse ante la opinión pública— imponen sus medicamentos con precios astronómicos, además de lograr cambios en las legislaciones gracias a su fuerte poder como grupo de presión, Rusia demostró su capacidad para desarrollar de manera independiente un medicamento que podría aplacar la pandemia", expresó.
Kukso añadió que la vacuna Sputnik V se está extendiendo ahora por todo el mundo y quizás en 50 años nadie recordará las sospechas occidentales sobre la vacuna rusa "más políticas que científicas", explica el autor.
En agosto, el Ministerio de Salud de Rusia registró la primera vacuna en el mundo contra el COVID-19 desarrollada por el Centro de Investigación Gamaleya. El medicamento se basa en una plataforma estudiada y probada de vectores de adenovirus humanos, cuyas importantes ventajas son la seguridad, la eficacia y la ausencia de efectos adversos a largo plazo.