Filomena ha dejado instantáneas dignas de ser colgadas en un museo. El manto de nieve que cubrió el centro peninsular convirtió las ciudades en escenarios de cuento. Al menos frente al objetivo. Y es que ver la Gran Vía completamente helada o el Museo del Prado teñido de blanco no es algo que pase todos los días.
Pero, hay una fotografía que se ha erigido como una de las destacadas de Filomena. Y no es un posado. Más bien, un robado. Su autora es la periodista María de la Cruz Valdemoro, una de las muchas madrileñas que saltó a las aceras con la intención de atrapar en su cámara los efectos de la borrasca. En su búsqueda, la mujer inmortalizó un bonito momento: el beso de una pareja.
Tal vez la historia de fondo no sea tan adorable. Podría ser una infidelidad. Pero, no se sabe. Igual marca el inicio de una relación. El contexto queda a la imaginación de cada uno. Independientemente del relato que se esconda tras el beso, es un recuerdo para toda la vida. Un cuadro de Filomena, borrasca que quedará grabada a fuego en la memoria de parte de los que la vivieron. O, más bien, grabada a hielo.