¿Quienes son, se trata de amigos o de rivales, o es el mismo personaje que viaja en trineo y reparte regalos a los niños?
El abuelo del frío
El principal protagonista de las fiestas navideñas en Rusia es Ded Moroz, o el Abuelo del Frío, un mago que llega a todas las casas, escuelas y guarderías para repartir regalos a los más pequeños.
A diferencia de su homólogo occidental, Santa Claus, el Abuelo del Frío no viste siempre de rojo, sino también de azul, pero igualmente lleva barba y bigotes blancos. Y no va solo, lo acompaña su nieta, Snegúrochka, o la Doncella de las Nieves.
Ded Moroz, que representa el largo invierno ruso, con el tiempo dejó de ser un personaje maligno que congelaba a los transeúntes y viajeros, y se transformó en un abuelo cariñoso que premia con regalos a todos los niños que le lean un verso o le canten una canción de fin de año.
Snegúrochka, personaje que oficialmente aparece en escena gracias al escritor ruso Alexandr Ostrovski, en 1882 se convirtió de manos de Nikolái Rimski-Kórsakov en la protagonista de una ópera del mismo nombre.
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/ Si bien en las antiguas leyendas la chica se derretía con la llegada de la primavera, ahora logra conservar su eterna juventud y es la principal ayudante de Ded Moroz en la difícil labor de recorrer todas las viviendas, colegios y círculos infantiles de toda Rusia.
Los niños rusos están convencidos que ambos residen en Veliki Ústiug, en la región rusa de Vólogda, aunque el abuelito además posee una finca cerca de Moscú, en el bosque de Kuzminki, y le pueden escribir cartas pidiendo regalos a esas dos direcciones.
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/ Santa Claus compite en los últimos años en popularidad en Rusia con el Abuelo del Frío, pues los niños lo ven en la publicidad de los productos occidentales, en películas navideñas, pero siempre aseguran que no se trata de un "verdadero Ded Moroz".
Padre Navidad
Papá Noel, o Père Noël en francés, que literalmente se traduce como 'Padre Navidad', es otro personaje muy parecido, pues también se trata de un señor mayor que lleva una capa roja con una capucha adornada de piel blanca.
Suele llegar a las casas de Francia montado en un burro, lleva zapatos de madera y una canasta de regalos, entra a las viviendas por la chimenea, donde suele colocarlos.
La víspera de Navidad, los niños franceses de antaño llenaban sus zapatos de zanahorias para el burro y los dejaban junto a la chimenea, pero hoy en día todos los regalos aparecen debajo del árbol navideño.
A diferencia de Ded Moroz, tanto Papá Noel como Santa Claus tienen un antepasado real, un santo cristiano conocido como Nicolás de Mira, que más tarde pasó a llamarse San Nicolás de Bari.
San Nicolás fue obispo en el siglo III después de Cristo en la ciudad de Mira, una antigua urbe de Licia, situada a 1,5 kilómetros al norte de la actual localidad turca de Demre. En calidad de obispo participó en el Concilio de Nicea y fue uno de los mayores luchadores contra el arrianismo, una herejía que negaba la divinidad de Jesús.
Una leyenda cuenta que el santo lanzó en tres ocasiones por la ventana de una casa donde vivía una familia necesitada pequeñas bolsitas con oro, destinadas a tres doncellas sin dote que allí residían.
Gracias a ese dinero las jóvenes pudieron contraer matrimonio, y su padre pudo recobrar la tranquilidad.
San Nicolás de Mira se convirtió en San Nicolás de Bari tras la conquista de la antigua Anatolia por los turcos, cuando unos italianos muy religiosos decidieron en 1087 robar sus restos y llevarlos a la ciudad de Bari, donde se encuentran hasta la actualidad.
Para los cristianos orientales, entre ellos los griegos y los cristianos árabes de Palestina, ese día, 6 de diciembre, no se celebra, pues para ellos simboliza la pérdida de su importante reliquia.
San Nicolás es muy venerado por los cristianos rusos, incluso se le llegó a llamar el 'dios ruso', pues suele aparecer en los altares junto con Cristo y la Virgen María, y algunos iletrados llegan a pensar que justo esa es la Santa Trinidad, hay muchos habitantes del país que se asombran al saber que el santo nunca estuvo en Rusia ni mucho pudo haber nacido en ella.
En muchos países occidentales, por ejemplo, en Alemania y la República Checa, los niños reciben regalos justo el 6 de diciembre, cuando San Nicolás o Santa Claus llega a sus hogares acompañado de su reno.
A los niños buenos les regala juguetes o dulces, pero a aquellos que se portaron mal los esperará en su calcetín un trozo de carbón.
Los pequeños de España reciben sus regalos más tarde, a principios de enero, cuando llegan los Reyes Magos, personajes de la Biblia que hicieron una ofrenda al niño Jesús en Belén, Palestina, poco después de la Navidad.
En 1862, el dibujante Thomas Nast pintó la primera imagen moderna del Santa Claus (del alemán Sankt Niklaus), un dibujo en blanco y negro que durante más de 20 años adornó por Navidad la portada de la revista Harper's Weekly.
El artista instaló al Santa Claus moderno, que gozaba de una popularidad increíble, en el Polo Norte.
Fue el editor de Boston Louis Prang quien en 1885 le dio color al abuelo mágico, imprimiendo postales navideñas en técnica de la litografía.
Los apartamentos modernos casi nunca suelen tener chimeneas, y este año la pandemia de coronavirus ha vetado las fiestas con muchos invitados y las celebraciones tumultuosas, pero en estas fechas todos queremos que en nuestra vida haya un poco de magia, y solemos pedir algo a un ser mágico, sea cual sea su nombre.
Quién sabe si existe o no Santa Claus, o el Abuelo del Frío, o su nieta la Doncella de las Nieves, pero en Rusia dicen que con las 12 campanadas de fin de año, que todos suelen escuchar en televisión o en la Plaza Roja, nuestros deseos pueden hacerse realidad.