La última herramienta de tortura que se ha inventado para un iPhone 12 Pro ha sido una gran torre de ladrillo, abandonada en medio del campo. Según afirma el bloguero, la estructura tiene una altitud de más de 50 metros, lo cual ha considerado suficiente para lanzar el dispositivo con el fin de poner a prueba su calidad de ensamblaje.
Este vídeo podría ser la prueba de que Apple se ha esforzado en proteger su nuevo buque insignia con un nuevo recubrimiento cerámico que se aplica a sus pantallas. Aunque tampoco se puede excluir la posibilidad de que en los dos lanzamientos el celular simplemente tuvo mucha suerte.