Palacios sustituye en el cargo a Alicia Arango, designada por el presidente Iván Duque como embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas. En reiteradas ocasiones, este organismo internacional ha solicitado al Gobierno del país sudamericano tomar acciones urgentes contra la violencia.
"Es más un movimiento de política interna. [Arango] es una figura muy cercana al expresidente Álvaro Uribe. El movimiento es en perspectiva de la coyuntura electoral interna", dijo a En Órbita Camilo González Posso, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo de la Paz (Indepaz).
Arango, de larga trayectoria en el uribismo y del oficialista Centro Democrático, también fue ministra de trabajo desde 2018 hasta 2020.
Según el entrevistado, "se está armando el tablero a dos meses del inicio pleno de las campañas electorales. Primero para cargos en el Congreso y luego para presidente. Las maniobras se inician con año y medio de anticipación".
En tanto, Palacios se desempeñaba como viceministro de relaciones políticas de dicha cartera. Es politólogo y fue compañero en la universidad de Harvard de la jefa de Gabinete, María Paula Correa.
González Posso lo describió como "una persona de confianza tanto de Uribe como de Duque. [Su llegada] no va a significar grandes cambios en la política de derechos humanos y sobre los temas de seguridad. Palacios es cercano a la actual estructura de las Fuerzas Armadas".
"Este es un año de suma cero, en relación con la perspectiva de la paz. Ha habido una dinámica terrible de persistencia de violencias en medio de la pandemia, empobrecimiento de la población, disminución de libertades políticas", consideró.
"Ha sido un año difícil en Colombia. No obstante, la pandemia ha mantenido resortes de resistencias democráticas, levantamientos populares. Es una sociedad en ebullición a pesar de estar encerrada por la pandemia", sostuvo el director de Indepaz.
Corrupción en Brasil
Fue detenido el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, por un caso de sobornos para cerrar contratos con empresas.
El también pastor evangélico de la Iglesia Universal del Reino de Dios, era investigado por su participación en un esquema llamado "QG de la coima". Fue acusado de mezclar política y religión, y de favorecer a los miembros de su iglesia.
"Esta organización criminal tenía los objetivos de lavar dinero y pedir sobornos. La mano derecha de Crivella también fue preso [junto con otros funcionarios cercanos]", dijo a En Órbita el analista internacional argentino radicado en Brasil, Andrés del Río.
Crivella había logrado sortear cinco pedidos de impeachment en la cámara de legisladores de la ciudad carioca. El último de ellos por presuntamente haber utilizado empleados para intimidar periodistas en la cobertura de la pandemia.
Su mandato culminaba el 31 de diciembre tras fracasar en su intento de ser reelecto. "Tuvo uno de los peores desempeños en la historia electoral de Río", acotó el experto.
"Hay que remarcar que este operativo con gran repercusión mediática es criticado por varias voces, por cierto exhibicionismo que no cuida los procesos legales del caso. Brasil, desde 2014 con Lava Jato, entró en una moda de generar grandes operativos policiales liderados tanto por los tribunales como por las instituciones policiales", reflexionó Del Río.
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