Fue en 1973 cuando el Ejército del Aire adquirió los primeros Hércules C-130 a EEUU. Fabricados por Lockheed Aircraft Corporation, han estado presentes en todas las misiones internacionales en las que España ha participado.
Un diseño de 70 años de antigüedad
Los cuatrimotores a turbohélice Hércules fueron creados en los años 50, cuando tras la Guerra de Corea EEUU comprendió que necesitaba mejores aviones de transporte.
Con una capacidad de carga de 20 toneladas de material, un centenar de pasajeros y tres o cuatro vehículos, alcanza una velocidad de crucero de 550 km/h. El A400 de Airbus supera ahora ampliamente estas prestaciones, pero desde el primer momento la presencia de los C-130 supuso un salto cualitativo para las posibilidades operativas del Ejército español. También es capaz de despegar y aterrizar en tramos cortos y en terrenos difíciles, características que explican su longevidad como diseño. A principios de siglo fueron sometidos a un proceso de modernización que mejoró su aviónica, autoprotección, piloto automático, combustible y GPS, entre otros equipos.
Desde 1975 han participado en múltiples misiones humanitarias en zonas catastróficas, como los terremotos de Yugoslavia, Argelia y México entre finales de los 70 y mediados de los 80. En 1985 los Hércules C-130 españoles prestaron ayuda en Colombia, cuando la erupción del volcán Nevado del Ruíz provocó la desaparición de la ciudad de Armero. También volaron a Centroamérica, afectada en 1998 por el devastador huracán Mitch, especialmente Honduras.
Destino ulterior
Sólo quedaban 10 unidades operativas en el Ejército del Aire. La compañía estadounidense Blue Aerospace, dedicada al mantenimiento del mercado de accesorios de aeronáutica para finalidad militar, ha adquirido 6 aviones al precio de 5,5 millones de euros cada uno.
Uruguay y Perú incorporarán a sus fuerzas aéreas las otras cuatro aeronaves, donde seguirán operándose. Cada una de estas naciones latinoamericanas ha comprado dos unidades y su correspondiente paquete de repuestos, operación que el Gobierno de España aprobó a principios de diciembre. El país sudamericano abonará 22 millones de euros por su adquisición, mientras que el andino pagará un poco más 25 millones. Del total de la operación con Blue Aerospace y estas naciones, el Ministerio de Defensa de España se embolsará cerca de 80 millones.