El presidente turco declaró que las medidas restrictivas impuestas por Washington contra Ankara por la compra de sistemas de defensa aérea rusos S-400 son incompatibles con las relaciones de aliados y constituyen un ataque a la soberanía de Turquía.
El presidente añadió que el verdadero objetivo es frustrar los pasos decisivos y los avances que Turquía ha comenzado a dar últimamente en la industria de defensa, y hacerlo volver a depender de ellos.
"Después de la decisión de ayer [el 15 de diciembre], trabajaremos el doble para aumentar nuestra propia producción en la industria de defensa", señaló.
EEUU aplicó sanciones contra la presidencia de las Industrias de Defensa de Turquía y su titular, Ismail Demir, así como a otros tres ciudadanos turcos, por la compra de los sistemas rusos S-400 por parte de Ankara.
Turquía selló un contrato con Rusia en diciembre de 2017 para adquirir varios sistemas S-400.
Washington exigió que Ankara renunciara a esa transacción y comprara los Patriot estadounidenses, amenazando con cancelar la venta a Turquía de los cazas F-35 e imponer sanciones. Pero Ankara se negó a hacer concesiones a Washington.
Las sanciones han tensado las relaciones entre Washington y Ankara. El Gobierno de Erdogan prometió a la Casa Blanca fuertes represalias.