La cabeza del dios Hermes fue encontrada a una profundidad de 1,30 metros y las autoridades corroboraron que se trata de una pieza original que data de finales del siglo IV o principios del siglo III a. C.
En un comunicado, el Ministerio de Cultura y Deportes griego explicó que estos bustos eran usados en la antigua Atenas para marcar las calles e incluso servían como señales de tráfico. No obstante, presumen que la cabeza de Hermes luego fue colocada sobre el muro de un conducto de drenaje.
El busto fue hallado en buen estado y lo trasladaron a un depósito del Eforato de Antigüedades de la capital griega.