Una especie de contienda comercial se dirime a partir del 10 noviembre en el juzgado mercantil n.º 5 de Barcelona entre la compañía que fabrica el robot de cocina Thermomix y la cadena de supermercados que comercializa un producto de rendimiento similar y mucho más barato, si bien no ofrece tantas prestaciones.
Pero Lidl, que la última vez que sacó a la venta su robot estrella se agotó en pocas horas (en junio, 40.000 unidades), niega que haya infringido patente alguna. Es más, aparte de pedir la improcedencia de la petición de indemnización, en el juicio tiene previsto solicitar la declaración de nulidad de la patente del robot de cocina de Vorwerk por entender que hay una "falta de novedad, falta de actividad inventiva y adición de materia".
Mientras tanto, las redes sociales se han hecho eco del litigio, un choque jurídico entre dos tecnologías de robótica culinaria cuyas estrategias de venta incluso comentan incluso con sorna.
Se puede decir que el Monsieur Cuisine Connect es uno de los productos de mayor éxito de la cadena de supermercados alemana, que pone en circulación tan solo un par de veces al año, estrategia que también aplica a otros electrodomésticos. Aunque ofrece un abanico de funciones menor, el aparato igualmente cuece, cocina al vapor, bate y amasa, pica, sofríe, emulsiona, mezcla, tritura y hasta pesa.
Precedentes poco favorables a Vorwerk
Los peritos de las dos empresas expondrán sus argumentos durante tres sesiones consecutivas antes de la resolución del juez. No obstante, ya hay precedentes similares en los que Vorwerk no ha obtenido en juzgados españoles un fallo judicial favorable.
En 2013 el Tribunal Supremo confirmó el dictamen emitido por la Audiencia Provincial de Barcelona tres años atrás por el que anulaba 23 de las 24 reivindicaciones de la patente de Vorwerk contra Taurus, la multinacional española de electrodomésticos que comercializa My Cook, otro popular robot de cocina. Vorwerk también ha interpuesto recursos similares en otros países.