Juventud, divino tesoro
6 de octubre de 2019. En Santiago de Chile entra en vigor el aumento del transporte público. Los estudiantes se organizan para saltar los torniquetes del metro en masa como forma de protesta. Como consecuencia, la noche del viernes 18 de octubre de 2019 se inician protestas. Desde el Gobierno interpretan que el origen del problema fueron esos 30 pesos de incremento. Pero entonces, toda Chile, y los estudiantes primero, se encargaron de enmendarles: no son 30 pesos, son 30 años.
"Estos 30 años de democracia formal, representativa, no han dado satisfacción a todas las necesidades y reivindicaciones del pueblo chileno […] en pensiones, en sistema educativo, en el sistema sanitario, o el sistema de reforma impositiva", advierte el periodista y analista internacional Pablo Jofré Leal.
Y como siempre, la juventud, esa que muchas veces es mirada con prejuicios, sin importar las épocas, gestó un cambio. Así lo dejaban saber testimonios de veteranos en estas luchas: en Chile el agradecimiento de ellos iba dirigido directamente a los jóvenes, a quienes endilgan en gran parte esta victoria ciudadana. Dicen que si no hubieran empezado a saltar los torniquetes cuando la tarifa subió 30 pesos, no se hubiera podido cambiar la historia de los últimos 30 años.
"Siempre la juventud chilena ha sido un motor de cambio, un indicador de movilización, y que va forzando a que el resto de la sociedad vaya participando: los sindicatos, los gremios. Los partidos políticos en general van mucho a la zaga de la movilización de la sociedad", avisa al respecto el periodista.
¿Quiere usted una nueva Constitución?
Apruebo. Fue lo que respondió a esa pregunta del referéndum, de los más importantes de la historia reciente de ese país, más del 78% de los chilenos. Pero no se quedaba ahí la cosa, y así lo explica Jofré Leal.
"El plebiscito llevaba consigo otra pregunta respecto al mecanismo para llevar a cabo esta nueva Constitución, que era una Convención Mixta, es decir, 50% de electores elegidos y 50% parlamentarios, o una Convención Constitucional que establecía que todos los constituyentes fueran elegidos, que fue también la que triunfó".
Para el analista, terminar con la Constitución de 1980 elimina uno de los últimos resabios pinochetistas. "Acabar con ella permite acabar con uno de los elementos de división del pueblo chileno que ha sustentado el modelo económico, político y social", concluye Pablo Jofré Leal.