China recobró su crecimiento en el tercer trimestre de un año que estuvo marcado por las latentes tensiones comerciales con EEUU y luego la propagación mundial de COVID-19.
Aun así, los 37 analistas económicos consultados por Reuters coinciden en que si bien este crecimiento es el mínimo desde 1976, cuando tuvo lugar el último año de la Revolución Cultural de Mao Zedong, la producción general china puede sorprender a todos con un repunte brusco de un 8.4% en 2021.
También consideran que el producto interno bruto chino aumentará en el cuarto trimestre con un 5.8% anual, superando el 4.9% del tercer trimestre. Además, el índice de precios al consumo (IPC) podría aumentar un 2.7% este 2020 en comparación con el 2019 y para el 2021 podría subir en un 2.1%.
No hay mal que por bien no venga
Para combatir el impacto del coronavirus, China se permitió aumentar la deuda de manera temporal este año, pero esto no le impidió conseguir un equilibrio entre la prevención de riesgos y la estabilización del crecimiento económico, según el jefe del banco central, Yi Gang.
Un mayor gasto fiscal, recortes en las tasas de interés de préstamos, desgravaciones de impuestos y recortes en los requisitos de reserva de los bancos fueron las fórmulas que le permitieron al Gobierno chino reactivar su economía apuntando a un crecimiento sin dejar de estimular el empleo.
Si bien parece que el golpe económico que dejó la pandemia del coronavirus puede ser cosa del pasado para el gigante asiático, China está consciente de que solo es el inicio y aún tiene varios obstáculos que vencer a largo plazo., indica Forbes.
Por lo pronto, se sabe que el Partido Comunista realizará en los próximos días una reunión con el objetivo de trazar un plan económico para el periodo 2021-2025.