El mandatario afirmó que Armenia en su momento "suspendió" el reconocimiento de la independencia de Nagorno Karabaj para "no complicar" las negociaciones que buscan resolver el conflicto.
"Si no hay luz al final del túnel, si resulta evidente que Azerbaiyán, apoyado por Turquía, rechaza completamente el diálogo, entonces, claro está, Armenia reconocerá la independencia de Karabaj", dijo Sarkisián en una entrevista con el diario ruso Kommersant.
"Se debe aclarar si la dirección de la Alianza dio luz verde para que Turquía haga lo que está haciendo, no solo me refiero a los F-16 (Ereván sostiene que un caza F-16 derribó un Su-25 armenio), sino también al dron turco Bayraktar que se emplea activamente y a diario no solo en el frente sino también contra la población civil", dijo.
Ese dron, continuó Sarkisián, "es un producto de la OTAN, varios componentes suyos se fabrican en diversos países de la OTAN, de Austria a Canadá".
"Son cuestiones que plantean la Cancillería y el Ministerio de Defensa. Armenia, como tantos otros países, tiene relaciones de socios con la OTAN y a este nivel planteamos las interrogantes", señaló el presidente armenio.
Desde las 00:00 de este domingo 18 (GMT+4) entró en vigor una nueva tregua humanitaria en Nagorno Karabaj, la segunda en lo que va de esta espiral de hostilidades en la zona. Al igual que en la primera ocasión, el 10 de octubre, las partes en conflicto se acusaron de violar el armisticio.
Además, durante la jornada se escucharon varias explosiones en la zona de Stepanakert, capital de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj cuyos militares afirman haber derribado una decena de drones azeríes.
El 27 de septiembre volvieron a estallar los choques armados en Nagorno Karabaj, foco de conflicto entre Ereván y Bakú desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Las hostilidades, en las que las partes beligerantes llegaron a usar blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles por primera vez desde la guerra de 1992-1994, provocaron centenares de bajas militares y decenas de víctimas civiles.
Para impulsar una solución negociada del conflicto, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) instituyó en 1994 el llamado Grupo de Minsk, copresidido por EEUU, Rusia y Francia.
El grupo incluye además a Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía, así como Armenia y Azerbaiyán, y la troika de la OSCE, los países que representan la presidencia de turno, la anterior y la siguiente.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.