La joven moscovita se describe como una artista y confiesa que antes no se hubiera imaginado que la fabricación de cuchillos sería el oficio que le apasionaría.
Anna trabaja para Vasverblades, una marca rusa de cuchillos donde ya forjó dos centenares de cuchillos. El material base que utiliza en su trabajo es acero en forma de barras que debe formar en placas largas y anchas para luego darles forma.
Un buen fabricante de cuchillos es una combinación de muchas profesiones, según ella, porque el proceso implica tener cualidades de tornero, cerrajero, carpintero, curtidos, soldador, herrero y hasta ingeniero eléctrico.
Sin embargo, también es importante usar los accesorios de seguridad para evitar cualquier tipo de accidente. Según Anna, la intuición también es muy importante porque este oficio es un proceso creativo que se plasma en cada cuchillo fabricado.
"Ya hemos intentado hacer un auténtico cuchillo de brujo unas 15 veces, inspirados en la serie de libros The Witcher, pero todavía nos enfrentamos a un dilema. Por un lado, realmente queremos hacer un cuchillo bonito y eficaz. Por otro lado, los brujos tendrían cuchillos de caza muy sencillos y prácticos", explicó.
Sobre los precios, Anna dijo que oscilan desde los 800 hasta los 2.000 dólares dependiendo del modelo que se fabrique.
En el oficio actual de Anna, por lo general, trabajan solo hombres, pero la joven rusa se ha convertido en una muestra de que no existen limitaciones para hacer lo que a uno le gusta.
"Creo en la igualdad de género y considero que el éxito en cualquier oficio solo depende del esfuerzo, la disciplina y las cualidades personales. Y esta esfera no es la excepción", dijo Anna a tiempo de resaltar que lo más difícil para ella en la fabricación de un cuchillo es afilarlo.