"Turquía es ahora el mayor obstáculo para el proceso de la paz", afirmó el presidente armenio, al señalar que "sin retirar a Turquía del contexto general, será muy difícil lograr una solución pacífica a través de consultas y volver a la mesa de negociaciones en el marco del Grupo de Minsk de la OSCE" (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa).
Aseguró que "si todo esto continúa, otros vecinos de la región estarán involucrados [en el conflicto] y tendremos otra Siria", mientras que Ankara controlará las tuberías internacionales y la situación en el Cáucaso será muy inestable.
Las hostilidades, en las que las partes beligerantes llegaron a usar blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles por primera vez desde la guerra de 1992-1994, provocaron centenares de bajas militares y decenas de víctimas civiles.
El 10 de octubre se declaró una tregua humanitaria, acordada con la mediación de Rusia para intercambiar prisioneros, retirar los cuerpos de los caídos y empezar negociaciones, pero los dos bandos se acusaron enseguida de violar el armisticio.
Turquía declaró que prestará cualquier tipo de apoyo que le pida Azerbaiyán en el conflicto en Nagorno Karabaj.