El lanzamiento se llevó a cabo desde una posición submarina contra un objetivo que imitaba una nave de superficie grande. El blanco se encontraba a una distancia de más de 120 kilómetros.
Aunque el futuro del escudo antibuques de Rusia son los novedosos misiles Tsirkon, los Granit también son bastante modernos y de momento, son la base que garantiza la seguridad de la flota rusa, señaló Yuri Knútov, director del museo de las fuerzas de defensa antiaérea.
"Los misiles Oniks y Granit fueron llamados 'asesinos de portaviones' antes de la aparición de los misiles Tsirkon. (…) Y seguirán en servicio del país durante cierto tiempo", dijo Knútov a esta agencia.