Kamil Onal, el jefe de un grupo de recicladores de barcos, explicó que el triste destino de estas naves de pasajeros provenientes del Reino Unido, Italia y EEUU se debe a la pandemia de COVID-19. Tras expandirse por el mundo prácticamente destruyó el sector de los cruceros para turistas.
De acuerdo con el especialista, antes de la pandemia los astilleros de desguace de barcos de Turquía solían manejar buques de carga y contenedores.
Onal especificó que un total de 2.500 personas trabajan en el astillero y que un equipo de 100 obreros necesita alrededor de seis meses para desmantelar por completo uno de estos enormes cruceros.
El astillero turco tiene previsto aumentar el volumen de acero desmantelado a 1,1 millones de toneladas para finales del 2020, lo cual supone un aumento sustancial en comparación con las 700.000 toneladas de enero del 2019.
"Estamos tratando de convertir la crisis en una oportunidad", recalca el especialista. Añade que incluso los accesorios no metálicos de los barcos tampoco se desperdician. Y es que los operadores de hoteles vienen al astillero para comprar cosas como muebles y otros bienes que se encuentran en los barcos.