"Los hombres que sufrieron la enfermedad de manera leve mostraban calidad espermática normal", dijo a Sputnik el doctor Dan Aderka, del centro hospitalario Sheba. Y agregó: "Pero los que la padecieron o padecen en grado serio o moderado no muestran iguales resultados, incluso después de estar sanos".
Esto es preocupante porque hay indicios de que la enfermedad podría reducir la fertilidad, según señaló el investigador; "El esperma de los hombres estudiados muestra una reducción de cerca del 50% en el número de los espermatozoides, en el volumen de la eyaculación y la motilidad", explicó.
Los datos fueron extraídos de más de 40 estudios llevados a cabo en diversos países del mundo, incluyendo Israel y China, sobre más de un centenar de hombres, aunque la investigación del equipo de Aderka aún no ha sido revisada por académicos y colegas.
La hipótesis
En análisis postmortem de 12 pacientes del propio hospital Sheba, el investigador encontró grandes cambios en las células testiculares que ayudan al desarrollo espermático y en las que producen testosterona, las células Sertoli y las Leydig respectivamente.
"La maduración del esperma toma de 70 a 75 días, es posible que, si examinamos el esperma dos meses y medio después de la cura, veamos que la infertilidad incluso ha aumentado", dijo el médico.
La hipótesis del doctor Aderka es que este fenómeno se debe probablemente a la presencia del receptor ACE2 en la superficie de las células de los testículos llamadas Sertoli y Leydig, que es el mismo receptor que está en las células de los pulmones, riñones y corazón.
Su equipo está comenzando a poner en práctica un seguimiento espermático de algunos de los pacientes del hospital que se recuperaron de COVID-19 para evaluar el impacto del virus a largo plazo en la fertilidad masculina.
"No sabemos si estos efectos son reversibles, pero sí sabemos que otras enfermedades de la familia del coronavirus, como las paperas y el SARS, dejan secuelas en la fertilidad de los pacientes si se contagian cuando adultos", señaló.
Explicó que el virus se ha encontrado en los testículos de algunos pacientes durante o después del contagio, pero también dijo que eso no significa que pueda ser sexualmente transmitido, ya que las pruebas parecen indicar que no.
Los varones afectados, según sus datos, tienen 33 años como media.
Es posible protegerse
"Está en nuestras manos prevenirlo. Un modo eficaz y sencillo es usando mascarillas correctamente, lo cual no solo reduce los contagios, sino que también hace disminuir la intensidad de la enfermedad en caso de infección", dijo Aderka.
Así que, como se sabía, la mascarilla reduce contagios, reduce muertes y ahora, al parecer, puede evitar la infertilidad. Tal vez este argumento sea el que acabe de convencer a los escépticos.