Una de las consecuencias del Brexit es que los británicos ya no serán ciudadanos de la UE, y eso dará lugar a una situación muy poco rentable para quienes tienen inmuebles en España para alquilar.
Las muchas personas del Reino Unido que tienen propiedades en España pasarán a considerarse ciudadanos extracomunitarios desde el 1 de enero de 2021. Eso los sitúa en la categoría de quienes tributan como ciudadanos de terceros países, lo cual supondrá un alza muy considerable en el Impuesto sobre Renta de No Residente (IRNR).
El matiz diferenciador de bruto y neto es importante, ya que los ciudadanos comunitarios pueden descontar de los alquileres cobrados todo tipo de gastos relacionados con el inmueble antes de tributar, mientras que los demás, no. Esto significa que alguien del EEE que gana 1.000 euros al mes tendrá que pagar a Hacienda 779 euros al año, calcula El Economista, mientras que alguien de un país tercero (entre los que se incluirá el Reino Unido) tendría que pagar 2.880.
"Tales normativas vulneran de forma manifiesta y grave el Derecho de la Unión Europea, que tiene primacía y es de aplicación directa, y es obligación de los Tribunales, y también de la propia Administración, inaplicarlas", sostiene el abogado fiscalista Alejandro del Campo, que trabaja con muchos clientes extranjeros, tal y como cita el mismo medio.
En otras palabras, España discrimina en la tributación a quienes no residen en el inmueble en cuestión, y la UE ya anunció en 2019 un procedimiento de infracción contra el país ibérico por ello. Ahora hay que esperar a ver si Bruselas también hará algo para detener la discriminación "infinitamente más grave" que sufren los arrendadores extracomunitarios, dice del Campo.
Así las cosas, el experto considera que es viable que los extracomunitarios tributen sobre el rendimiento neto y al 19%, como el resto. Esa sería la mejor forma de acabar con la discriminación de los británicos a la que daría lugar la nueva medida.