Los especialistas estadounidenses, encabezados por Jeremy Faust de la Escuela de Medicina de Harvard, compararon las tasas de exceso de mortalidad en la ciudad de Nueva York en los dos peores meses de ambas pandemias. Así, en el pico de la pandemia de la gripe española en Nueva York hubo 287 muertes por cada 100.000 personas, y durante el brote del COVID-19 en marzo y abril de 2020 en la ciudad se registraron 202 muertes por la misma cantidad de personas.
"En caso de un tratamiento insuficiente la infección por SARS-CoV-2 puede tener una mortalidad comparable o incluso mayor que la infección por el virus de la influenza H1N1 de 1918", afirman los autores del estudio.
Los expertos rusos están de acuerdo con las evaluaciones de sus colegas de EEUU y al mismo tiempo señalan que las conclusiones finales solo se podrán sacar una vez finalizada la pandemia actual.
En particular, Antonina Ploskireva, la directora adjunta del trabajo clínico del Instituto Central de Investigación de Epidemiología de la oficina nacional de protección al consumidor de Rusia, Rospotrebnadzor, advierte que el estudio mencionado analiza la mortalidad solo en una ciudad, Nueva York. Por lo tanto, los datos obtenidos no pueden ser extrapolados a otras ciudades o países.
En el período desde 1918 y 1920 el mundo se enfrentó a la pandemia de gripe española, causada por un brote del virus influenza A del subtipo H1N1. Se infectó alrededor de un tercio de la población y, según diversas estimaciones, murieron entre 17 millones y 100 millones de personas. Fue una de las pandemias más devastadoras y aterradoras que haya visto el mundo. A diferencia de otras epidemias de gripe que afectan principalmente a niños y ancianos, sus víctimas fueron también jóvenes y adultos con buena salud, aunque también animales, entre ellos, perros y gatos.
El virus de la influenza y el SARS-CoV-2 tienen rasgos comunes: ambos se transmiten por vía aérea y afectan a los órganos respiratorios.