El vals de los remolcadores que inaugura el evento atrae a centenares de personas a las orillas del río Nevá anualmente, pero la atracción principal, obviamente, son las enormes embarcaciones que uno puede visitar.
El Сapitán Sorokin es el mayor participante del festival. Los que trabajan a bordo de esta embarcación tienen a su disposición una biblioteca, un pequeño cine, un sauna e incluso una piscina.
El Сapitán Zarubin, por su parte, es el más pequeño de su clase. Pero esto no es una desventaja, sino que todo lo contrario. Su diminuto tamaño permite que el barco sea capaz de romper el hielo tanto en mar como en río, una característica especialmente importante para el noroeste ruso.
Los asistentes al evento pueden, además, ver al Nevskaya Zastava, un remolcador con capacidades árticas, y al Krasin, un rompehielos convertido en museo.