Tras la oración del Ángelus, el sumo pontífice señaló que el incendio en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, deja a "miles de personas sin refugio, ni siquiera precario".
"Esta siempre vivo en mí el recuerdo de la visita allí, y el llamamiento lanzado junto con el Patriarca Ecuménico Bartolomé y el Arzobispo Jerónimo de Atenas, para garantizar una acogida humana y digna a las mujeres y hombres migrantes, a los refugiados, a los que buscan asilo en Europa. Expreso mi solidaridad y cercanía a todas las víctimas de estos dramáticos acontecimientos", dijo Francisco.
Un fuerte incendio que se desató el 9 de septiembre en el campo de Moria dejó a la intemperie a la mayoría de los casi 13.000 solicitantes de asilo hacinados en el campo. En una primera etapa serán realojados en un ferri y en dos embarcaciones enviadas a Lesbos por la Armada griega.
En las primeras horas después del incendio hubo enfrentamientos entre la Policía y los refugiados, que intentaron abrirse el paso hacia la capital de la isla, Mitilene. En Lesbos se declaró una emergencia por cuatro meses.
Diez Estados de la Unión Europea se comprometieron a acoger a unos 400 menos no acompañados de Moria. La mayoría se trasladará a Alemania y Francia que planea acoger cada cual a entre 100 y 150 menores.