De acuerdo con el portal, que cita los artículos de Bellingcat y Der Spiegel, Navalni, que fue sacado del coma inducido el 7 de septiembre, no solo está consciente y responde a los estímulos verbales. También recuerda todo lo que le pasó justo antes de que perdiera el conocimiento en el baño del avión rumbo a Moscú.
El 20 de agosto, el activista se sintió mal durante un vuelo procedente de la ciudad de Tomsk, en Siberia. La aeronave realizó un aterrizaje de emergencia en Omsk, después de lo cual Navalni fue ingresado en una unidad de cuidados intensivos de un hospital local, donde fue inducido en un coma artificial. Dos días después, fue llevado al hospital universitario Charité, en Berlín, para recibir tratamiento adicional.
Mientras que los médicos rusos aseguran que se trata supuestamente de un trastorno metabólico causado por una fuerte caída del azúcar en la sangre del opositor, sus colegas berlineses están convencidos de que fue envenenado con un agente altamente tóxico y letal. Yármish, a su vez, supone que habría sido envenenado con alguna sustancia puesta en su té, lo único que tomó por la mañana en el aeropuerto de Tomsk.