"Creí que iba a cocinar para reyes, reinas y presidentes. Bueno, eventualmente lo hice, pero uno de los primeros trabajos que tuve fue cocinar para los corgis reales", afirma McGraddy en un episodio en que habla acerca del exigente menú de las mascotas de la reina.
De acuerdo con el cocinero, los 12 perros que poseía la reina cuando él empezó a trabajar en el palacio de Buckingham en 1982 tenían toda una variedad de carnes, col y arroz para elegir. En un principio, McGrady también se encargaba de pelar las zanahorias que la reina ofrecía a sus caballos.
Generalmente empieza el desayuno con una taza de té con galletas. Luego come avena u otro cereal. A veces opta por tostadas y mermelada.
Para el almuerzo, le gusta el pescado al horno con espinacas o calabacín o, entonces, pollo a la plancha con ensalada. Cuando se alimenta sola, la reina prefiere evitar los carbohidratos, es decir, no come papas, arroz o pasta.
Puntualmente a las cinco de la tarde, la reina toma su tradicional té. Lo acompaña con mini sandwiches, galletas, bollos o pasteles.
Para la cena, los platos generalmente consisten de filetes de ternera o venado, faisán o salmón, provenientes de granjas en Sandringham y Balmoral.
El chef cuenta que al pasar a trabajar para Lady Di todas las tradiciones aburridas fueron dejadas a un lado, dando paso a una atmósfera más cálida. Si no tenía invitados, la princesa llegaba incluso a comer en la cocina, mientras charlaba con el cocinero.
El último año de trabajo de McGrady para la familia real fue 1997. La noche del 31 de agosto de aquel año, el chef le preparó la cena para la princesa, pero ella nunca regresó al palacio, había muerto en un accidente automovilístico.