El número de contagios no para de ascender en España. El país se ve inmerso en una segunda ola de coronavirus y el ritmo de transmisión se acelera en todas las comunidades autónomas. Los rebrotes despuntan y seguir el avance de la enfermedad se convierte en una tarea clave para detenerlos. Tras la pista del coronavirus, un grupo de profesionales: los rastreadores.
Una tarea que solía recaer en los médicos y enfermeros de la Sanidad Pública. Sin embargo, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, reconoce que los rastreadores no tienen que ser sanitarios.
"Si lo son mejor, pero no es necesario que los técnicos sean sanitarios. No es lo especialmente importante. Además, hay que entender estos profesionales no surgen de debajo de las piedras; los titulados son los que hay y están prácticamente todos ahora trabajando con el coronavirus", comenta.
Es más, Simón añadía que estos profesionales "no requieren de una formación específica ni especialmente alta". Según él, cualquier persona con una base de estudios sólida puede realizar el trabajo, aunque siempre "tiene que estar bien supervisada".
La opinión del epidemiólogo difiere de la de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien considera que un rastreador debe conocer la enfermedad, el marco legal en el que se mueve y un mínimo de psicología para tratar a las personas.
¿Cómo realizan su trabajo?
Cuando se detecta un positivo, inmediatamente el rastreador busca a los denominados contactos estrechos. Estos son todas las personas que hayan proporcionado algún tipo de cuidado a un caso. Se incluye al personal sanitario y sociosanitario que no haya utilizado las medidas de protección adecuadas con este contagio, pero también a familiares, amigos o compañeros de trabajo con los cuales pudo haber tenido cualquier tipo de contacto físico. También a cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de dos metros durante más de 15 minutos.
Durante todo este periodo de seguimiento, el sospechoso debe estar localizable. En caso de que la prueba PCR diera positivo, este iniciaría un periodo de autoaislamiento en su hogar o donde establezcan las autoridades sanitarias. Entonces, el rastreador comenzaría a buscar los contactos estrechos de este nuevo contagiado.
Número de rastreadores en España
Con esta operativa se pretende evitar la transmisión en periodo asintomático y paucisintomático. Precisamente, este tipo de infectados son los más complicados de detectar y los causantes de una parte importante de los rebrotes al no presentar evidencias del contagio
La mejor ratio la tendría Galicia, con un profesional por cada 400 ciudadanos, aunque de las 6.000 personas incluidas en los equipos de rastreo, no se sabe cuántos se dedican exclusivamente a esto. La peor sería Madrid con un rastreador por cada 15.000 residentes, lo que se traduce en 422 empleados. Más de una veintena provienen de la sanidad privada tras fracasar el ejecutivo de Isabel Ayuso a la hora de formar un equipo con voluntarios universitarios y del Ayuntamiento de la capital.
A pesar de las cifras dispares, la necesidad de un mayor número de encargados del rastreo es evidente tras el repunte en el número de casos en todo el territorio. De esta forma, el Gobierno ofrece 2.000 rastreadores militares a las comunidades autónomas. Estos habrían realizado un curso en cinco fases online y estarían preparados para atender las reclamaciones de los ejecutivos regionales durante el tiempo que sea necesario.
"Estamos para coordinar. Queremos hacer un proceso muy ágil y eficaz. En cuanto una comunidad lo pida a Sanidad y Sanidad dé el visto bueno, Defensa desplazará los rastreadores. En el marco de mecanismos de coordinación. Será Sanidad la que valore el número de rastreadores, que dependerán del Ministerio de Defensa", explica Robles.
Desde el 28 de agosto, las comunidades autónomas cuentan con el protocolo de solicitud de los rastreadores del Ejército. Según adelanta Robles, Castilla y León, la Comunidad Valenciana, Murcia, Cantabria y Melilla ya han pedido su colaboración. Galicia y la Comunidad de Madrid han mostrado interés en solicitarlos. Por otro lado, Cataluña tampoco descarta reclamar su ayuda.