El presidente Donald Trump aceptó la candidatura del Partido Republicano en busca de otro período de Gobierno. Su compañero de fórmula será nuevamente el actual vicepresidente, Mike Pence, en un intento por repetir el triunfo obtenido en 2016.
Una semana antes cerró su binomio presidencial el Partido Demócrata con Joe Biden, vicepresidente durante la gestión de Barack Obama (2009-2017), junto con la senadora Kamala Harris, con el fin de potenciar la identidad demócrata como un partido que representa a las minorías.
"Serán en un clima de crispación creciente y también las de menor presencialidad", acotó.
No solo por la histórica baja participación electoral en EEUU, donde no es obligatorio el voto, sino porque para evitar la aglomeración de personas se habilitará el voto por correo.
"Al menos 32 estados ya tienen totalmente regulado el envío por correo del voto", aportó el profesor de Relaciones Internacionales en la Unidad Nacional de Costa Rica.
Únicas por donde se las mire
Además del drama sanitario, la crisis económica derivada y la protesta social, estas elecciones también serán atípicas porque por primera vez un presidente en funciones asegura que no es capaz de garantizar que el resultado de las elecciones sea transparente.
"Actores que viven directamente de Trump no estarían dispuestos a pasar esa línea roja", agregó.
A su vez, el propio Trump deslizó su intención de romper con otro contrato establecido.
En los últimos actos de campaña, cada vez que sus seguidores piden "cuatro años más", el mandatario responde que "si de verdad quieren ponerlos nerviosos, pidan 12 años más", afirmó retomando un planteo hecho días atrás sobre la posibilidad de habilitar más de dos mandatos al frente de la Casa Blanca.
La moneda y sus caras
En las elecciones de medio término de 2018, el Partido Demócrata ganó en los Estados que fueron clave para el triunfo de Trump en 2016, afirmó Cascante. Sin embargo, el académico aclaró que "el medio período funciona muy distinto a la elección general".
"Trump sacó ventaja de presentarse como un candidato antiestablishment, que aún es una de las ventajas que tiene. Por eso hace cosas así todo el tiempo, lo mantiene vivo", precisó.
Para Cascante, la estrategia del mandatario será de presentarse "como un tipo por fuera del establishment", al tiempo que "está defendiendo a su base, porque si llegan los demócratas al poder se pondrá en peligro su forma de vida".
En contraposición, Biden es un político "más tradicional". "Tiene más de 50 años metido en política y es uno de los flancos al que los republicanos, tanto en la convención como en la campaña, le están apuntando", afirmó.
Sin embargo, el candidato demócrata parece tener también una estrategia bien definida, que consistiría en mostrar que es capaz de alinear a todo el partido y presentarse como una persona que "puede enfocar el dolor" que están viviendo los votantes y decirles "sé que me necesitan y que necesitan al Gobierno. Eso es lo que yo le ofrezco", concluyó Cascante.