Mientras desde la Comunidad de Madrid se recomienda a los ciudadanos evitar desplazamientos innecesarios y permanecer en casa el mayor tiempo posible, el Gobierno regional dio luz verde este 26 de agosto a la celebración de una multitudinaria feria taurina en el municipio de Alcalá de Henares.
Finalmente, la administración regional dio marcha atrás a última hora de este 27 de agosto después de que la aprobación de esos permisos desatara una tormenta mediática y de que su propia directora de Salud Pública desaconsejara su celebración. No obstante, el episodio evidencia cómo, mientras la epidemia crece, Madrid se dedica a debatir sobre ferias taurinas.
5.000 personas en pleno repunte
Actualmente en Madrid se permite la celebración de eventos taurinos con un aforo máximo del 75% de la plaza siempre y cuando los espectadores estén sentados y guarden distancia de seguridad.
Según reportan medios locales, hasta este jueves vendieron 2.500 entradas, todo ello, mientras la situación epidemiológica no paraba de ir a peor. Madrid tiene actualmente una incidencia acumulada de 397 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, doblando la del conjunto del país (183).
Además, Madrid encabeza la presión hospitalaria por coronavirus, con pacientes de COVID ocupando el 13% de camas, cuando la media nacional está en el 5%.
El ayuntamiento se opone
Pese a que el Gobierno de Madrid dio su visto bueno a la celebración del evento, el alcalde de Alcalá de Henares se opuso en todo momento, generando un escenario de enfrentamiento institucional.
"Es indignante que desde el mismo Gobierno se emitan directrices contrarias con algo tan delicado como la salud pública", dijo este 27 de agosto el alcalde del municipio, Javier Rodríguez Palacios, en una entrevista con eldiario.es.
En esa entrevista, el alcalde recordó que mientras se desarrollaba toda esta polémica, la situación sanitaria en la localidad no paraba de deteriorarse.
Las críticas no llegaron solo desde el Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Otros actores de la política madrileña se sumaron a ellas.
"Hospitales sin camas suficientes y plazas de toros llenas. En Madrid gobierna el caos", lamentaba horas antes de la suspensión del evento el portavoz del partido progresista Más Madrid, Iñigo Errejón.
"Ayuso [la presidenta de la Comunidad de Madrid] debe dar marcha atrás con los permisos que ha concedido y evitar un error tan grave como es el de ser responsable de que se junten 5.000 personas en una feria taurina en Alcalá de Henares. Es un peligro para la salud pública", afirmó Isa Serra, portavoz del partido de izquierdas Podemos.
Ante este tipo de críticas, y ante el sinsentido que suponía permitir la entrada de miles de personas a una plaza de toros mientras están prohibidas las reuniones familiares de más de diez asistentes, finalmente la Comunidad de Madrid decidió cambiar su postura.
"Se pone fin de este modo a la situación de incertidumbre generada en torno a la celebración de este festejo", prosigue el escrito.
Efectivamente, el aplazamiento pone fin a la situación de incertidumbre pero deja un poso preocupante en el que, por mantener el folclore taurino, las autoridades de Madrid —las mismas que culpaban a las manifestaciones feministas de la primera ola de contagios se han mostrado dispuestas a pasar por encima de la salud pública.