"Es importante señalar que los intentos de encontrar la llamada 'huella rusa' en la organización de los desórdenes en Bielorrusia no tienen fundamento alguno", dijo en una rueda de prensa.
Zajárova indicó que de igual manera "están condenados al fracaso" los intentos de sembrar la discordia entre Moscú y Minsk.
Zajárova también dijo confiar en que se resuelva pronto la situación con los 33 nacionales rusosdetenidos en Bielorrusia en julio pasado.
"Confiamos en que la cooperación profesional entre los comités de investigación, las fiscalías generales y otros departamentos de Rusia y Bielorrusia ayude a resolver cuanto antes la situación con los 33 rusos detenidos", apuntó.
Además, las portavoz declaró que Moscú está preocupada por la situación que reina en Bielorrusia tras las elecciones presidenciales.
"Seguimos de cerca los eventos que están sucediendo en los últimos días en Bielorrusia. Estamos preocupados por la información que aparece sobre episodios de violación del orden en las calles de varias ciudades bielorrusas, que tuvieron lugar después de las elecciones presidenciales", dijo la diplomática en una rueda de prensa.
Para Zajárova, existe "una presión sin precedentes" que efectúan ciertos socios extranjeros "sobre las autoridades bielorrusas".
"Existen claros intentos de injerencia externa en los asuntos de un Estado soberano, que buscan dividir a la sociedad y desestabilizar la situación", subrayó la portavoz.
La diplomática indicó que Moscú insta a las partes en Minsk "a la moderación y la prudencia".
"Confirmamos nuestro interés por la estabilización de las circunstancias políticas internas de Bielorrusia. Esperamos que pronto la situación en el país se normalice y vuelva a reinar la calma", agregó la portavoz.
A finales de julio las autoridades bielorrusas anunciaron la detención de 32 nacionales rusos en las afueras de Minsk, mientras una persona más fue localizada y detenida en el sur del país. El Gobierno bielorruso sospecha que preparaban provocaciones durante la campaña electoral del país.
El cónsul ruso en Minsk, Kiril Pletnev, afirmó que los ciudadanos detenidos estaban en Bielorrusia en tránsito y debían volar de Minsk a Estambul y de ahí a América Latina.
El Kremlin negó las acusaciones de que Rusia envía a Bielorrusia grupos de "mercenarios" para desestabilizar la situación en el país vecino.
Las protestas estallaron en Bielorrusia el pasado 9 de agosto por la noche, tras el anuncio de los primeros resultados de los comicios presidenciales que daban como ganador al mandatario en ejercicio Alexandr Lukashenko.
Según el escrutinio de la Comisión Electoral Central, Lukashenko, que aspira a su sexto mandato consecutivo, recibió el 80,08% de los votos; y la principal candidata opositora, Svetlana Tijanóvskaya, el 10,09%. La oposición se negó a reconocer el escrutinio oficial al afirmar que Tijanóvskaya habría conseguido entre el 70 y el 80% de los apoyos.
Tras el cierre de las mesas electorales, miles de personas se echaron a la calle en Minsk y otras ciudades de Bielorrusia para expresar su descontento con el recuento oficial, una protesta que fue dispersada por la Policía con balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras.
Las manifestaciones en Minsk dejan hasta el momento un muerto y miles de detenidos, conforme a los datos del Ministerio del Interior.