"Me siento bastante escéptico hacia lo que sucede en Rusia. Me alegraría tener la primera vacuna buena, pero existe un problema, la parte rusa no nos da acceso a los conocimientos y la vacuna no se probó suficientemente", declaró a la emisora de radio DLF.
Además, afirmó que no se cumplió la tercera fase de las pruebas de la vacuna rusa, la de pruebas clínicas con participación de miles de voluntarios y agregó que la aplicación prematura de la vacuna a millones y hasta miles de millones de personas entraña peligro.
El Ministerio de Salud Pública de Rusia anunció el 11 de agosto el registro de la primera vacuna contra el COVID-19 en el mundo. La vacuna de dos vectores, basada en adenovirus humano, fue diseñada por el Centro ruso de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. El nombre comercial del fármaco es Sputnik V.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que la vacuna pasó todas las pruebas necesarias y demostró su capacidad de desarrollar una respuesta inmune estable.
El director del Centro Gamaleya, Alexandr Guintsburg, había informado en su tiempo a Sputnik que la segunda fase de las pruebas de la vacuna contra el COVID-19 concluiría hacia mediados de agosto y después se permitirá la circulación civil de la vacuna bajo ciertas condiciones, que en realidad son la tercera fase y que también, en paralelo, continuará el monitoreo, y si los vacunados tienen algún efecto colateral, el Ministerio de Salud Pública tendrá derecho a revocar el permiso.