Esta moratoria había entrado en vigor en marzo con el estallido de la pandemia para evitar la agitación social. Esto afectaba principalmente a los inquilinos que vivían en casas pagadas con un préstamo garantizado por el Estado. La medida ha ayudado a proteger los intereses de los propietarios e inquilinos de casi 12 millones de hogares, informa Washington Post. Ahora, según la compañía de inversión Stout Risius Ross, con el fin de la moratoria, al menos 17 millones de hogares estadounidenses están amenazados de desalojo, hasta el 51% en Florida y 58% en Tennessee.
Recientemente, se terminaron otras medidas económicas tomadas durante la pandemia por la Casa Blanca. En particular, la asistencia semanal por un monto de 600 de dólares para los beneficiarios de subsidios de desempleo. Al menos 30 millones de estadounidenses desempleados se han beneficiado de este programa.
Según los expertos, ya en la primera quincena de agosto, la situación en el sector inmobiliario puede volverse explosiva. Según CNBC, más de 40 millones de estadounidenses corren el riesgo de perder el techo.
Esta situación puede ser desastrosa para todo el mercado inmobiliario de EEUU. A los propietarios, les resultará difícil encontrar nuevos inquilinos en tiempos de crisis, mientras que los bienes raíces perderán valor, acercando una posible crisis financiera.